A nadie sorprende ya cuando decimos que la Junta de Castilla y León derrocha absurdamente por los cuatro costados. Se gasta en Guadalajara (Méjico) cantidades asombrosas de dinero y, sin embargo, dice que no hay dinero para sacar adelante la Ley de Dependencia ni para que funcionen los centros docentes o se amplíe el número de residencias para personas mayores. Son tantos los años al frente de la Comunidad que ya confunden lo público con lo privado, sin llegar a distinguir entre lo suyo y lo de los demás. Y si se confirma el atropello del ‘Caso Gürtel’, entonces sí que es para correr a gorrazos a más de uno.
Lo curioso, en el terreno educativo, es que en vez de permitir a los centros públicos y concertados organizar apoyos y desdobles en horario lectivo matinal, resulta que la Administración obliga al profesorado a realizar actividades vespertinas. Con ello impone dictatorialmente y de forma descarada el nada rentable, hasta ahora, Plan de Éxito escolar; aunque sí rentable de cara a los medios de comunicación donde siempre hay medallas para los más mediocres.
Esa imposición de actividades y programas la hacen a toda costa, además de con exigencia. Pero lo curioso es que en época de crisis introduce ‘pagas’ extras para unos pocos. Sin duda, el profesorado empieza a hartarse de las situaciones que crea la propia Junta de Castilla y León a tontas y a ciegas; lo mismo que empieza a cansarse del absurdo que acompaña a muchas de las medidas procedentes de la Inspección, que o no se entera o no quiere enterarse. Y todo producto de la incompetencia manifiesta y de la desalentadora mediocridad que observamos a diario.
Hace tiempo que el profesorado está exigiendo que se revise el Plan de bilingüismo que ha impuesto la Consejería de Educación. Ni padres ni profesores muestran conformidad con el modelo. A pesar del rechazo cada vez más generalizado, la propia Consejería se va a desmarcar y pretende sacar adelante una orden para obligar ‘de oficio’ a los centros a implantar el modelo. Para echarse a llorar o para correr a ‘abrigazos’ a todo el equipo del consejero Mateos.
Y para acabar nuestro artículo de hoy, la misma Consejería de Educación suele admitir, aunque con la boca pequeña y entrecerrada, que el profesorado es el principal pilar educativo de la Comunidad. Y lo hace tan campante en la propia Ley de los Presupuestos para el próximo año. Sin embargo, planea bajar al profesorado las pagas extraordinarias. Para ello van a eliminar de ellas los sexenios y el complemento que se otorga como «complemento de Comunidad». También van a disminuir alrededor de un 25,5% los sueldos y los trienios. El colmo de la estupidez que acompaña a las Direcciones Generales de Recursos Humanos de la Junta es que están haciendo pagar la crisis a quienes no la han creado; con ello hacen seguidismo del más puro y acomplejado zapaterismo.
El caso es recaudar dinero para sacar adelante planes absurdos de la Junta de Castilla y León, pero que permita a políticos y altos cargos salir en la prensa a diario y en otros medios de comunicación. Es evidente que la educación no es un tema de moda para nadie, pero menos para los políticos que buscan resultados rápidos de lucimiento. La educación muestra sus resultados a largo plazo; con ello se demuestra que los milagros no se cocinan a escondidas y para tontos, cosa que sí se hace con los manidos programas políticos de cara a las elecciones. Solía decir Claude Chabrol que «la tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus límites, la tontería no».