Por Jesús Salamanca Alonso / Más de media vida ha pasado su partido recogiendo las nueces que tiraba ETA del árbol y piensa que la política es eso, hasta que aprendió a chantajear a España a los españoles y a los sucesivos gobiernos. Sin duda, su condición de profesor le facilitó el aprendizaje del «do ut des». Nunca da puntada sin hilo, ni hace putadas sin filo. No hay más que recordar la última traición a Mariano Rajoy; cobraron los dineros pactados los nacionalistas y, a renglón seguido, se echaron en manos de Pedro «El mentiroso» para la moción de censura. De nuevo, más puntadas y todas con hilo o más putadas, pero con filo.
Como diplomado en Magisterio (Filología Vasca) en el Seminario de Derio y Experto en Gestión del Ocio y El Tiempo Libre, dudo que haya enseñado mucho, pero es evidente que ha aprendido como un buen maestro. No ha vivido nada de la docencia y sí demasiado tiempo de la política. Lleva en ella desde los 16 años, momento en que se produjo la reinstauración democrática y la salida del PNV de la clandestinidad. Es reconocido como muy trabajador, por algunos, aunque muchos nacionalistas piensan que «no hay cosa peor que tener un jefe trabajador, pero torpe, porque hace trabajar en balde»