Ya es paradójico que sean sus guardianes aquellos a quienes deseaba ver muertos y acusaba ante ETA (…). No mejores deseos sentía hacia la Policía Nacional quien alardeaba de la “satisfacción que le embargaba cuando a un policía le pisaban la cabeza en una manifestación hasta reventarlo”
Pablo Iglesias en 2013: “Los escraches son un mecanismo democrático para que los responsables de la crisis sientan una mínima parte de sus consecuencias”.
Esas palabras ya no la asume el parlante de la vicepresidencia segunda del Gobierno prochavista y bolivariano. Los cobardes se defecan en los pantalones cuando prueban la medicina que ellos mismos han obligado a tomar a otros. Es el caso del “Chepa” de Galapagar.
Ahora vuelve el rabo y se ampara en las cuadrillas de guardias civiles que lo “veneran” y protegen, de momento, de peores consecuencias. Ya es paradójico que sean sus guardianes aquellos a quienes deseaba ver muertos y acusaba ante ETA para ponerlos en la diana de la muerte. No mejores deseos sentía hacia la Policía Nacional quien alardeaba de la “satisfacción que le embargaba cuando a un policía le pisaban la cabeza en una manifestación hasta reventarlo”
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