En muchas ocasiones, con el paso del tiempo, las realidades se hacen más evidentes. No hay más que echar mano de las hemerotecas y releer posturas y opiniones. Precisamente en esa posibilidad el PSOE queda muy mal parado y con las posaderas al aire. No hay más que escuchar a Eguiguren, o leer su reciente publicación, para comprobar la sarta de mentiras del Gobierno socialista.
Seguramente muchos recordarán aquel momento en que Federico Trillo, portavoz de Justicia del PP en el Congreso, pidió a la dirección del PSOE que exigiera la rectificación de unas declaraciones de ‘Chuchi’ Eguiguren. Era una manifestación clara respecto a que estaba abierta la puerta para el diálogo con ETA. No hay duda que el tiempo le ha dado la razón. Esas manifestaciones las hacía ya en 2008, cuando empezaba a sentirse el centro de la negociación, porque ya la había vivido.
Por aquella época, Eguiguren estaba convencido que ETA apostaría por la vía política. Sabía que en ese momento no podía ser pero sí sin que transcurriera mucho tiempo. Ese tiempo ya ha llegado. Conocía los entresijos de la banda asesina y alternaba con las ‘cabezas pensantes’, de la misma forma que ‘txikiteaba’ con los ‘altavoces’ de lo que fue ANV, Askatasuna, Etxerat y demás ‘ONGs’ de la familia abertzale. El presidente del PSE-PSOE llegó a declarar a un medio de comunicación que “La política no es estática, siempre está en movimiento. En todos los grupos hay dinámicas de poder, y eso también llegará a ese mundo…”.
Eguiguren sabía que eso era imposible en ese momento. Seguimos hablando del año 2008. Había que tapar la negociación por lo impopular que suponía y el maltratador de género tenía orden de ello desde las altas instancias del PSOE. Lo cierto es que no contaban con que ‘Zutabe’ hablara más de la cuenta y acabara contagiando a GARA. Eguiguren conocía la hoja de ruta que ahora vemos cumplida, una vez que el Gobierno ha permitido que ETA entre en las instituciones y mantenga su estructura con dinero público del contribuyente. Un duden que ese es el logro de Zapatero con la bendición de Rubalcaba, y no otro.
Hace unos días volvió a ‘ir a su bola’ con las declaraciones sobre la negociación, algo que aparece también en su libro, por lo que no hay que llevarse las manos a la cabeza. En 2008 estaba totalmente descartado en el pacto entre Rajoy y Zapatero todo tipo de diálogo. Pero era solo en letra, pues la realidad era otra. Tal vez el presidente Zapatero pensaba que jugando con la terminología se podía escabullir de la realidad de los pactos. Mintió a Rajoy en esa ocasión, allá por el mes de julio de hace tres años, de la misma forma que mintió a Aznar mientras firmaba el Pacto por las libertades y contra el terrorismo. También lo hizo tras la explosión de la T-4, en el ‘caso Faisán’ y en la negativa a reconocer la crisis y la situación económica de España.
Zapatero no contaba con que Eguiguren actuara de ‘bocazas’ desmarcado a destiempo. Tampoco debió confiar el Gobierno en el ‘vocero’ oficial de la banda: ‘Zutabe’. Y mucho menos en el diario abertzale, GARA. Tanta ambigüedad en el lenguaje ha llevado a la confusión. Con ETA no cabe el diálogo, y mucho menos la negociación, ni siquiera aunque se disuelva, entregue las armas y pida perdón a las víctimas.
Estamos ante una banda con cientos de muertes a sus espaldas. La aplicación de la ley, así como el cumplimiento íntegro de las penas, es el único camino posible. Lo demás son ganas de incordiar, incluida la pérdida de imagen de personajes como Kofi Annan o el ridículo hecho por Brian Currin.