Él está por todas partes, en este país tenemos al superhombre que nos va a sacar del desastre. A Zapatero los socialistas le han metido en el arcón y ya solo van a sacarle para los entierros. Ahora quien manda en España es Alfredo Pérez Rubalcaba, igual está controlando a los controladores o persigue con saña a los corredores y aún le queda tiempo para irse de campaña electoral y burlarse de Rajoy en los mitines de los fines de semana. Para eso tiene en sus manos todo el poder.
Demasiado poder en unas solas manos que Zapatero acabó de completar hace dos meses entregándole la Vicepresidencia primera y la Portavocía del Gobierno, esto es, elevándole a la categoría de presidente de facto.
Marcado por las sospechas fundadas sobre sus intervenciones sobre el 13-M, la T-4, El Faisán, etc… y ahora con su flamante Estado de Alarma sigue amenazando a unos y jaleando a otros, sacándose malvados de la manga para la nueva noticia del telediario y con el único fin de mantener al personal distraído para que no hable de los aumentos de impuestos, la prohibición del tabaco o el fin del subsidio a los parados de larga duración.
Para ello dispone de todo el aparato de poder en sus manos además de los que ya tenía, llámese fiscales, jueces, policías, sumados a los que le han cedido a Zapatero, llámese sindicatos, feministas, titiriteros o prensa subvencionada, todos a una, para mantener de pie el castillo que se puede caer.
Mariano Rajoy ha apostado su futuro político a que Zapatero volverá a ser el candidato y no ha contado con este cambio de escenario. No ha hecho oposición contra las ideas sino contra la desastrosa gestión de un hombre. Así, si Rubalcaba y todas sus legiones de propagandistas compiten contra él, bien podría tener una derrota en los comicios, que ahora desde la tumbona ya ve ganadas.