El empecinamiento de los controladores en negociar su convenio directamente con José Blanco, Ministro de Fomento, ha dejado fuera de imagen al principal responsable de que se haya perpetrado la huelga más salvaje y dañina de los últimos tiempos. Es importante hablar sobre quien es Juan Ignacio Lema Devesa, presidente de AENA, gallego y viejo amigo del ministro.
Lema Devesa, nacido en Santiago de Compostela, es ingeniero superior aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid y licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid. Con anterioridad, desarrolló toda su carrera dentro del Ministerio de Fomento, ocupando puestos diversos. Así, ingresó en el Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos en 1983, entre 1992 y 1996 fue director del Aeropuerto de Madrid Barajas y entre 1998 y 2000 fue director de AENA.
Desde mayo de 2001 hasta su nombramiento en abril de 2009, formaba parte de la empresa Grupo San José, empresa a la que siguió perteneciendo hasta finales de 2009 siendo ya presidente de AENA. El Grupo San José ha sido la empresa constructora de varios proyectos de nuevos aeropuertos como la T4 de Barajas o aeropuertos de León, Lavacolla y muchas otras obras mastodónticas en aeropuertos dentro del territorio nacional.
Si tenemos en cuenta que el déficit de AENA es de 14.000 millones de Euros debido a los enormes gastos por la construcción de unos aeropuertos excesivos e innecesarios con escaso tráfico como Ciudad Real, León, Lérida, Salamanca y otros más en zonas donde nunca se podrán amortizar y que efectivamente han sido un buen bocado para constructoras como San José.
El pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó la la privatización de los aeropuertos de Madrid, Barcelona y Palma que son los pocos que con sus ingresos dan beneficios a AENA, no incluyendo en este paquete los cerca de cuarenta aeropuertos deficitarios porque no habría nadie dispuesto a comprar.
Las nóminas de los controladores no llegan a los 400 millones y lo que se está discutiendo y posible de ahorro no son más que unos 80 millones ¿Entonces de qué estamos hablando?
Los señores Blanco y Lema necesitaban un chivo expiatorio que desviara la atención sobre sus ruinosas inversiones y encontraron un colectivo que se podía presentar ante la opinión pública como unos caraduras y aprovechados por su actitud y sus enormes retribuciones y solo les faltaba calentarlos con sucesivos decretos contradictorios que al final reventaron con esta huelga salvaje.
Si a todo ello añadimos que la esposa de Lema fue nombrada como Directora de Recursos Humanos de AENA ya tenemos todos los ingredientes de este cocido que nos está indigestando en este momento.