Agustín Navarro y sus concejales tránsfugas que le acompañaron en aquella esperpéntica moción de censura en el Ayuntamiento de Benidorm ya están otra vez en el PSOE. Ellos han vuelto a la casa común de la que nunca habían salido. Han pasado trece meses del sainete pajinero por el poder en el que pidieron la baja del partido para disimular. La integración de Agustín Navarro es ya total en el PSOE, aunque su regreso a las siglas no sea oficial. Ya ha conseguido la bendición de la plana mayor del zapaterismo, todo sea por retener el poder como sea.
Ayer ya se presentaron de manera descarada con una rueda de prensa a la salida del Comité Ejecutivo del PSOE y manifestó «he vuelto a la casa de la que nunca me fui en espíritu y corazón». La mamá de Leyre rebosaba de satisfacción por el trabajo realizado. Esto estaba en el guión y ya sabíamos que ocurriría a pesar de la comedia de expulsión del PSPV. Lo que hay que hacer para conseguir el poder…
Mientras desde el Ayuntamiento de Benidorm, los PAJINES se permiten dar lecciones de moralidad y declaran «persona non grata» al Alcalde de Valladolid por lo de los «morritos» de Leyre. Son como la Pompadour fundando conventos. Aquí para «MORRO» el que tiene toda la familia Pajín en pleno, que tomó el Ayuntamiento de Benidorm sin contar con el voto de sus ciudadanos.
El clan de «LOS PAJINES» ahora ya han mostrado lo que son y se ha cerrado el círculo y solo faltará esperar a las elecciones municipales para ver cómo reaccionarán los ciudadanos ante esta mascarada, que cuando acudan a las urnas, es muy probable que les hagan pagar esta estafa al electorado.