Ángel, leal sacerdote ante la crisis

Lo que no hace el Gobierno, lo hace mi amigo Ángel, sacerdote.

Me gustaría que FACUA — organización que ha luchado contra las procesiones en Castilla y león, a la vez que ha cavado su tumba definitiva en la comunidad — renunciase a parte de sus muchas prebendas en favor de los parados. Instemos a los parados a que acudan a FACUA en demanda de apoyo y ayuda. Acabo de enviar tres para allá, con el fin de comprobar cómo responde FACUA; ya lo hice hace un año y pude comprobar el fraude que representa FACUA.

Por cierto, tengo un amigo (sacerdote) a quien he contado lo de FACUA. Os diré una cosa: es mi amigo desde la infancia, pero a veces pienso – y lo digo con reverencial respeto — que es un ‘tonto’ y respetable sacerdote con capirote celestial; aunque con un corazón capaz de desbordar el Ebro y el Tajo a la vez.

Ángel (nombre ficticio, para evitar las persecuciones del PSOE, represión de Hacienda y el desprecio institucional de la Iglesia) tenía ahorrados siete millones de las antiguas pesetas (¡con el sueldo de un cura cincuentón, que es de miseria cuarteada!) y poco a poco se lo está gastando en ayudar a los pobres, parados y necesitados de su parroquia.

Ayuda a todo el que le pide para comer, para el piso, la hipoteca, la letra del coche,…. No me canso de decirle que es “tonto con capirote celestial”, pero no hay forma de hacerle entender que el problema del paro y de la crisis no es de la Iglesia, ni de su parroquia, ni de la sociedad, ni de los sacerdotes, sino de gente inútil como Pedro Solbes, José Luis Rodríguez Zapatero, celestino Corbacho y toda su corte de mediocres aprovechados, además de las hordas socialistas que se están forrando, a la vez que desprecian a la ciudadanía y a la realidad económica; sin olvidar el desprecio a los parados. Los socialistas nunca entendieron que, en palabras de Voltaire, los ejemplos corrigen  mucho mejor que las reprimendas.

Veo la realidad de lo que ha hecho Ángel y los datos me desconciertan. En dos meses lleva donados cerca de tres millones de las antiguas pesetas. Dieciocho mil euros de moneda comunitaria. No lo entiendo, pero si fuera mi hijo le pondría firme y de narices contra la pared, por decir una posición razonable. Evidentemente, con un sacerdote como Ángel no hay razones que valgan: lo da todo, sobre todo si es material. Dice que el dinero sólo tiene valor para gente como yo – que lucha contra el socialismo, el comunismo y la sinrazón terrenal –, para los incrédulos, los paganos, los docentes aventureros, los usureros políticos y los periodistas sinceros.

¿Queréis saber la verdad? Como docente, me enternece; como amigo, me da miedo; como ciudadano, me apasiona; pero, como analista político, me duele y me solivianta, porque el problema no es social, ni ético, sino simplemente político: sólo una horda de sinvergüenzas, teñidos de socialistas, puede mirar a la farola sin ver la realidad de quienes sufren la injusticia del mundo laboral.

Frente a diputadas, como Leire Pajín (‘la pajitas’, como se la conoce en Ferraz), que ingresan miles y miles de euros mensualmente, nos encontramos con sacerdotes como mi amigo Ángel o con organizaciones como Cáritas y Cruz Roja que donan lo que a veces ni siquiera tienen o les cuesta sudor y sacrificios conseguir.

Estamos ante la injusticia del brutal socialismo, teñido de inservible abuso, acompañado de vulgar choriceo’. Ello nos lleva a recordar el señoritismo de vulgares ‘comadrejas’, teñidas de Garzones, Leires, Pepiños, Aídos y Bermejos, que nos recuerdan que no hay cosa más difícil de soportar  que la fe ciega del estúpido.

Mi amigo dando dinero a manos llenas (¡él es así y no vale darlo vueltas!) mientras el presidente Rodríguez, Corbacho, Leire, el inútil y desvergonzado bachiller ‘Pepiño’, el incauto y retrasado Miguel Sebastián (‘Sebahostiar’ muy pronto), la pija Bibiana y el intrépido Garzón se forran y dan por el vulgar trasero al personal encargado de levantar a esta España moribunda y sesteada.

En fin, me duele que sacerdotes y ONGs se hayan echado al hombro la irresponsabilidad de incompetentes e inútiles integrales como Rodríguez Zapatero. Sin duda, la mejor palabra es la que queda por decir. Algo hay que hacer contra este Gobierno, una vez que hemos conocido su desprecio hacia el ciudadano y hacia el personal que aún trabaja para que él viva como un continuado vividor, un fraudulento presidente y un integral caradura.

Posiblemente al ‘bobo solemne’ le queden todavía unos pocos telediarios; aunque la LOGSE puede acudir en su ayuda y la deformación le sujete un poco más. La ignorancia de Rodríguez es patente, se mire desde donde se mire. Decía Estelle Ramey que no es la responsabilidad lo que mata, sino la pérdida de control. El conductor no soporta tanta presión como los pasajeros”. Al tiempo.

 

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