Celestino Corbacho no solo no levanta entusiasmo sino que es el objetivo más recurrido para el chiste en Cataluña. La única pena es que solo se vaya él del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Tal vez la disolución del Gobierno en pleno sería lo más acertado y aplaudido por la ciudadanía en este momento, sobre todo por la gran cantidad de carencias e inutilidad que representa.