El daño que ha hecho Rodríguez Zapatero le llevará a estar en deuda permanente con España y con los españoles mientras permanezca sobre la faz de la Tierra. Los casi cinco millones de parados deben ‘agradecerle’ que han perdido el empleo y su estado de bienestar; los jubilados le ‘agradecerán’ que han visto mermada su ya escasa pensión y los funcionarios tienen encima la espada de Damocles: sus sueldo se congelará durante dos años consecutivos y en 2010 ya han visto reducido el salario en un buen puñado de euros.
Pero que nadie piense que ya están agotados los problemas. Rodríguez Zapatero y su Gobierno tienen una inusitada facilidad para resucitar fantasmas, de la misma forma que han resucitado la conocida Memoria ‘Histérica’, echando por tierra lo construido durante la transición.
El Gobierno de Rodríguez llegó en tren de cercanías y tras varios años usando la piqueta destructora han convertido a España en un esperpento que, en poco tiempo, no la conocerá ni la madre que la parió. Es evidente que, pese a adelantar la idea Alfonso Guerra, se quedó corto. Excesivamente corto.