Son de la ‘izmierda‘ por conveniencia, pero su pijerío las identifica más con la derechona, a quien admiran, pero le vuelven la mirada por falta de sinceridad. No se atreven a confesar. La sinceridad no es precisamente uno de sus valores. Empieza a ser rechazada por su actitud ruin e hipócrita; al fin y al cabo se cree socialista.
Ya saben: ser socialista es una desgracia como otra cualquiera. En cierto modo, Elenita Salgado me recuerda a la ministra SINDEscargas, marquesa de ‘Chorrapelada’.