Si el Gobierno Rodríguez, la Fiscalía y Garzón facilitaron que ANV llegara a las instituciones, también allanaron el camino para que el socialismo abertzale manejara documentación que afectaba a la ciudadanía, además de controlar lo que nunca debe quedar a su alcance.
A ese control hay que añadir sueldos que cobran del contribuyente y de las propias víctimas. En muchos casos sueldos desorbitados cuyo último destino es ETA, el crimen organizado y el pago a quienes planean la extorsión mediante el impuesto revolucionario.
Vamos a explicarlo para neófitos: las instituciones donde está ANV contribuyen a las arcas de ETA, del mismo modo que lo hacen los empresarios que pagan el impuesto revolucionario o los pequeños comerciantes pagan a Askatasuna y a Etxerat, organizaciones pro presos etarras, el aguinaldo o contribución destinada a ayudar al desplazamiento de las familias que van a visitar a sus presos fuera de Vascongadas.
¿Más claro? Pues bien: Acción Nacionalista Vasca actúa como mediadora en el citado aguinaldo. ¿Desean mayor claridad? ANV recoge los sobres con el aguinaldo en los comercios, cuyos titulares pagan por miedo y con odio contenido, y los canaliza a las citadas asociaciones que defienden a los presos etarras. ¿Más claro aún? Ya no hay ninguna duda respecto a que ANV también es ETA, forma parte de su entramado y de sus entrañas, como lo forman las referidas asociaciones pro presos etarras.
Precisamente, de la conciencia que ANV tiene de ser ETA, es de donde surge el convencimiento de sus integrantes de que están dando sus últimos coletazos. El Gobierno Rodríguez prepara un golpe de efecto antes de las elecciones. ANV será ilegalizada, aunque el socialismo abertzale buscará nuevas caretas y estratagemas; son especialistas en vadear o saltarse la ley mediante otras figuras que abarcan un amplio espectro, desde Organizaciones No Gubernamentales hasta Fundaciones tapadera.
