Archivo diario: 6 enero, 2008

Rodríguez Zapatero: ridículo y traición de un gamberro

No hay duda. Engaño, ocultismo y desprecio han sido tres de las características del Gobierno Rodríguez a lo largo de la legislatura que ahora termina. El presidente ha ejercido de trilero.

La credibilidad del Gobierno, y particularmente de su presidente, está bajo mínimos. ¿Quién no recuerda la cesión en temas diversos? Ignacio de Juana Chaos; Otegi; el chivatazo aún no aclarado para salvar al aparato de extorsión de la banda; el silencio del fiscal general y los apoyos a destiempo del actual ministro de Justicia;… Sí ha habido cesiones y todos las hemos conocido, aunque no hayan faltado burdos intentos de pueril camuflaje.

Hoy se sabe que sí ha habido negociación internacional. Se conocen casi todos los términos y detalles, como se conoce el “buzón” cubano. En la periferia del Gobierno, y posiblemente dentro de él, hay muchas instancias interesadas en que se conozca el proceso de negociación – mal llamado “proceso de paz” — y las cesiones.

Lo preocupante es que el Gobierno sabe que no ha actuado bien: Navarra, referéndum de autodeterminación, cesiones varias, territorialidad, liberación de presos, ablandamiento puntual de la Fiscalía, relajación de algunos jueces… Es preciso que la ciudadanía recuerde los términos de las actas comentadas por GARA para ver hasta qué punto ha engañado y traicionado al Estado de Derecho. No es suficiente con conocer que se ha pactado con los terroristas las notas de prensa, los discursos del presidente, la nota de alto el fuego, el cambio del vocablo “atentado” por el de “accidente” y la aceptación de Borrel como maestro de ceremonias de ETA ante Europa, entre otras.

El Gobierno Rodríguez y sus asesores en temas de terrorismo deberían ser conscientes de que ETA sigue haciendo caja entre los empresarios y pequeños comerciantes. Pero seguramente entre las actitudes más ruines y detestables se encuentra la negociación clandestina con ETA tras los sucesos de Barajas; máxime, cuando el presidente Rodríguez garantizó ante las cámaras de televisión que se habían roto todos los puentes con la banda asesina.

No es casualidad que una mayoría de ciudadanos, además de todas las víctimas vivientes, recordemos en estas fechas a Miguel Ángel Blanco. Hoy más que nunca hay que intentar rescatar aquel espíritu de unidad y decisión. Un espíritu que, no por casualidad, se conoce como “de Ermua” y gracias a la población donde aún se considera factible la recuperación del esfuerzo y del mencionado espíritu.

Hoy duele sobremanera la traición del Gobierno Rodríguez. Sobre todo cuando se rememora lo sucedido y se comprueba que “Txapote” y adláteres de ETA asesinaron brutalmente a Miguel Ángel al demostrar su fortaleza el Gobierno y no ceder al chantaje y a la traición al Estado de Derecho. El Estado no cedió con Aznar, pero Rodríguez se ha bajado y quitado los pantalones; ha arrojado los calcetines; se ha desnudado por completo y le han arrodillado. Pero no han amedrentado al Estado de Derecho ni lo que éste representa. El ridículo ha sido a título particular del presidente Rodríguez.

Un presidente que resucita el odio, la crispación y la división de la ciudadanía no es digno de presidir el Gobierno de España. Su crédito se ha agotado. Es el momento de que se marche para seguir dando clase de Derecho Constitucional. Este Gobierno ha cerrado la “toma de temperatura” de futuros Gobiernos. Ha negociado con ETA y ese es su pecado.