Archivo diario: 30 enero, 2008

Zapatero compra el voto ignorante

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Pobre ignorante. Tenemos un presidente que tropieza una y otra vez en la misma piedra. Y si no hay piedra, se la imagina. La idea de los ya famosos cuatrocientos euros no parece haber gustado por la derecha y tampoco por la izquierda. Eso de deducir la cantidad en la declaración del IRPF no está nada claro y mucho menos otras fórmulas que se han barajado.

Aquí hay gato encerrado. Ese gato no es más que la mentira, la ocasión y las elecciones generales. Tal vez todo se reduzca al miedo a perder el poder. Seguramente el entorno del presidente Rodríguez se ha dado cuenta del problema con el que puede encontrarse el presidente estando fuera del poder y con otro partido pisando moqueta, después de haber engañado a la ciudadanía tras el atentado de Barajas.

A muchos no nos ha extrañado la zapateril patraña de los cuatrocientos euros. Fíjense las razones: Actualmente existe un importante problema económico de fondo; han conseguido romper la hucha que dejó Aznar; siguen pendientes de jugarse en Bolsa los ahorros de las jubilaciones; el consumo ciudadano ha descendido considerablemente; la construcción ha dejado de tirar del carro de la economía; el paro ha crecido hasta cerca de los dos millones y medio, como en la ominosa época de Felipe González; ha empezado a dispararse la inflación; los sueldos no pueden crecer más del dos por ciento, según Caldera;… La que está cayendo es para estar preocupados.

Precisamente en ese panorama tan poco halagüeño, el presidente Rodríguez ha querido salir victorioso. Y eso que no se menciona ningún aspecto de cuantos han dañado la convivencia ciudadana. Si a lo enumerado en el plano económico, añadimos el impulso que Rodríguez ha dado a ETA, la protección a los verdugos, el olvido de las víctimas, la colaboración con banda armada de sus asesores, la gran chapuza de Eguiguren y Moscoso, el ‘amamantamiento’ a ETA y la burda negociación, entonces el panorama se pone aún peor.

No hay duda que la ignorancia es muy atrevida y esa debe ser la única explicación para que el presidente lanzara su propuesta de los cuatrocientos euros; pero, con un agravante, los trabajadores dependientes y pensionistas son los únicos destinatarios. Los autónomos y empresarios con mirar, pagar y aguantar tienen suficiente. ¿Será que estos últimos han dejado de pagar impuestos?

El presidente Rodríguez sigue saltándose a Pedro Solbes y demás asesores económicos. Pero lo peor de todo es que arrastra a los más cercanos y, al final, todos acaban quedando en ridículo. Algo parecido sucedió con la medida de los dos mil quinientos euros por nacimiento, y que tanta división social generó, además de la injusticia que supone. Como mal socialista, Rodríguez pretende dar el dinero a los individuos, en vez de ponerlo a producir para la colectividad. Empiezan confundiendo los conceptos y acaban sin distinguir entre lo público y lo privado.

Hoy la corrupción es la principal y más conocida bandera del socialismo. Donde el socialismo toca poder, la corrupción acaba saliendo a flote. Lo dicho me trae a la mente un pensamiento de Unamuno: “No es raro encontrarse con ladrones que predican contra el robo, para que los demás no les hagan la competencia”. Compruébenlo.