Archivo mensual: junio 2007

La izquierda cuellarana: Entre todos la mataron y ella sola se murió

«El Criticón»

Una vez conocidos los resultados de las elecciones municipales en la Villa de Cuéllar, no podemos decir que nos haya sorprendido esa más que merecida derrota de la denominada Izquierda, aunque sí lo haya hecho la dimensión del desastre en el que ésta se ha producido.

De todos es sabido que esta izquierda “de fachada” que existe en Cuéllar está constituida por tres formaciones que en un “sálvese quien pueda” bochornoso, se han apresurado a culpabilizarse entre sí de una debacle electoral en la que, en mayor o menor medida, y quieran o no reconocerlo así, todas han tenido su parte. No hemos apreciado, sin embargo, por parte de ninguna de ellas el menor atisbo de autocrítica que nos hubiera indicado, al menos, una disposición a enmendarse, imprescindible para que, algún día, la castigada Villa de Cuéllar pueda volver a tomárselos en serio.

El primero en manifestarse a este respecto fue el “jefe de los trabajadores”, a la vez número trece en las listas de Izquierda Unida. Candidatura ésta en la que, como sucede en el Reino de los Cielos, los primeros serán los últimos y viceversa, a la vista de que sea el que cierra la lista, y no quien la lidera, quien realiza tan atrabiliarias manifestaciones. Pero bueno, el que más y el que menos ya teníamos claro quién mandaba la turba, pese al orden ficticio que rezaban los papeles. Pues bien, como iba diciendo, este preeminente cuellarano carga toda la culpa del desaguisado al Foro Ciudadano de Socialistas por Cuéllar, grupo al que trata de “escoria política” y de “falsos izquierdistas”; apelativos que — aun siendo totalmente ciertos — en referencia a los escindidos del PSOE, no implica esa responsabilidad absoluta que les atribuyen en el desastre.

Al día siguiente sale a la palestra el número tres del PSOE, conocido — aparte de por otras muchas “virtudes” — por su amor a la Biomasa y a las mariscadas. Y nos dice con la cara dura que le caracteriza que los cuellaranos, que debemos ser tontos de baba, no hemos sabido apreciar las maravillas que han obrado en el pueblo con su “impecable gestión”. Y ello, pese a que la maligna oposición no les ha permitido hacer casi nada, que si no… vamos, ni Nueva York.

Unos días más tarde, aparece una nota de prensa en la que el Foro Ciudadano de Socialistas por Cuéllar pretende quedar exento de cualquier responsabilidad y pecado en el suceso.

Naturalmente, aquí mienten todos. El primero, el “jefe de los trabajadores”, a quien no puede ocultársele el hecho de que el principal culpable del estropicio no es otro que el PSOE de su amigo Octavio Cantalejo, que ha sido el que ha desgobernado el municipio durante todos estos años, con las consecuencias que todos conocemos. Del mismo modo que se da cuenta, también, de que quien como él mismo ha estado apoyando a todos los sucesivos gobiernos del PSOE — del brazo del citado señor Cantalejo — mientras éste destrozó la economía municipal, no puede estar libre de pecado.

En cuanto al portavoz número tres del PSOE, qué voy a decir de este individuo que no conozca ya el común de los cuellaranos.

Por último, y en lo que respecta a ese afán anti-exculpatorio del Foro Ciudadano de Socialistas por Cuéllar, solo animarles a que dejen de lado la falsa modestia y reconozcan que han sido ellos quienes han dado los primeros y necesarios pasos para poder expulsar del Consistorio — si bien demasiado tarde — a quienes tanto daño han hecho. Porque, a fin de cuentas, durante cuatro largos años de políticas municipales, ésta ha sido una de las poquitas aportaciones de las que no deben avergonzarse.

El Criticón de Cuéllar

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NOTA DEL EDITOR: Artículo cedido por el autor para este Blog.

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¡Ojo con el trilero, Rodríguez Zapatero!

perio5.jpg Jesús Salamanca R. Zapatero

El fin último de la banda es doblegar al Estado español, arrodillar a la democracia, lograr la autodeterminación y unificar la territorialidad. No son conscientes de que convertirían a la entelequia que es Euskal Herria en una especie de Albania; pero en versión pobre, muy pobre y retrasada. Ante tal situación el Estado de Derecho debe ser firme, usar los resortes que le son propios e intentar recuperar los tres años perdidos en cesiones, engaños, ventajas y componendas.

La ciudadanía debe mantenerse en vigilancia permanente; salir a la calle ante posibles atropellos gubernamentales, como ha sucedido hasta el momento y exigir ética al Gobierno Rodríguez. Una ética de la que ha estado muy alejado, incumpliendo cada uno de los compromisos contraídos en el tiempo que fue oposición, dejando de lado a las víctimas, ‘encamándose’ con los verdugos en reiteradas ocasiones y ‘verduleando’ con el brazo político de ETA. Hay que vigilar al trilero del Gobierno.

Una prueba evidente de que Rodríguez ha errado en sus actuaciones, durante estos tres últimos años, es la pueril reacción tras el fin de la tregua trampa. Sería conveniente que Rodríguez reaccionara: si dirige todas sus fuerzas y medios contra ETA, ahí nos encontrará a los demócratas. Y nos encontrará para apoyarle sin condiciones y con tesón, independientemente de lo que haga la oposición de derechas o los sectores más reaccionarios.

El Gobierno Rodríguez debe aprender que el Estado de Derecho no está nunca en venta, ni en tregua con los violentos, los asesinos o los extorsionadores. Los facinerosos manejos desde Interior y la Fiscalía son, sin ninguna duda, un atentado a la ciudadanía, a la democracia y al Estado de Derecho. Con actitudes y componendas mafiosas como las que hemos vivido, a veces se llega a lo que, en honor a la verdad, se suele llamar Estado de desecho. GARA debe publicar las actas sin esperar más, porque quienes seguimos trabajando por la paz necesitamos saber hasta qué punto nos ha llegado a vender el Gobierno Rodríguez.

La credibilidad de GARA está en cuarentena desde hace muchos meses. Ahora tiene la oportunidad de demostrar que alguna vez no miente. No encontrará otro momento como el actual. Al igual que el Gobierno Rodríguez no encontrará otro momento como éste para cerrar GARA, si no es cierto cuanto ha difundido. Y, por supuesto, la ciudadanía tiene que pedir cuentas, también, a Jesús Eguiguren, hasta que salde su ‘deuda asesora’ con la sociedad. Siguiendo las tesis de Rodríguez, con la pasión que lo ha hecho, es junto con el presidente quien más deudas ha contraído con las víctimas.

 

Deudas del Gobierno Rodríguez

perio5.jpg Jesús Salamanca De Juana Chaos

La defensa del Estado de Derecho con los medios que éste proporciona, principalmente con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, es lo que la banda criminal denomina “agresión con las armas”. No se ruboriza ni lo más mínimo cuando tergiversa ideas; es más, en su anuncio de alto el fuego llega a afirmar y confirmar su “decisión de defender por medio de las armas al pueblo que es agredido con las armas”. Y se queda tan conforme. Pero claro, ahí no queda todo. Incita a la ciudadanía vasca a “rebelarse ante esta falsa y podrida democracia”. Siempre, como coletilla sonora y llamativa aparece la “construcción de un estado libre llamado Euskal Herria”.

Han vivido tres años de vino y rosas, gracias a la actitud graciable de un Gobierno ruin con las víctimas y acobardado ante ETA, que además se ha visto embaucado, muy mal asesorado y sin planificación en sus actos. Las noventa y dos detenciones de terroristas durante la tregua trampa son una cuarta parte de las que se producían antes de la misma. Ahí están los datos, ayer corroborados por el representante de la Confederación Española de Policía.

El Gobierno de Rodríguez debe ‘apretar las tuercas’ a la banda. Hay que volver al aislamiento de los violentos en todos los sentidos: social, económico, político, y financiero. La unidad de todos los demócratas es básica e imprescindible; pero también la firmeza del Gobierno es fundamental, como lo es la mano dura, utilizando los instrumentos que proporciona el Estado de Derecho. Tampoco caben dudas a la ciudadanía sobre la acción: el camino correcto no es el que se ha seguido y las cesiones nunca serán fructíferas con ETA. Por tanto, a la vista de los resultados anteriores a la tregua trampa, la línea a seguir más acertada es el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo. Si bien es cierto que al socialismo siempre le ha asustado la palabra libertad, debe poner todo su empeño en el logro y en el mantenimiento de la misma.

El fin último de la banda es doblegar al Estado español, arrodillar a la democracia, lograr la autodeterminación y unificar la territorialidad. No son conscientes de que convertirían a la entelequia que es Euskal Herria en una especie de Albania; pero en versión pobre, muy pobre y retrasada. Ante tal situación el Estado de Derecho debe ser firme, usar los resortes que le son propios e intentar recuperar los tres años perdidos en cesiones, engaños, ventajas y componendas.

La ciudadanía debe mantenerse en vigilancia permanente; salir a la calle ante posibles atropellos gubernamentales, como ha sucedido hasta el momento y exigir ética al Gobierno Rodríguez. Una ética de la que ha estado muy alejado, incumpliendo cada uno de los compromisos contraídos en el tiempo que fue oposición, dejando de lado a las víctimas, ‘encamándose’ con los verdugos en reiteradas ocasiones y ‘verduleando’ con el brazo político de ETA. Una prueba evidente de ello es la pueril reacción tras el fin de la tregua trampa. Sería conveniente que Rodríguez reaccionaria: si dirige todas sus fuerzas contra ETA, ahí nos encontrará a los demócratas. Y nos encontrará para apoyarle sin condiciones y con tesón, independientemente de lo que haga la oposición de derechas o los sectores más reaccionarios.

El Gobierno Rodríguez debe aprender que el Estado de Derecho no está nunca en tregua con los violentos, ni con los asesinos ni con los extorsionadores. Los facinerosos manejos desde Interior y las Fiscalía son, sin ninguna duda, un atentado a la ciudadanía, a la democracia y al Estado de Derecho. Con actitudes y componendas mafiosas como las que hemos vivido, a veces se llega a lo que, en honor a la verdad, se suele llamar Estado de desecho. GARA debe publicar las actas sin esperar más, porque quienes seguimos trabajando por la paz necesitamos saber hasta qué punto nos ha llegado a vender el Gobierno Rodríguez. Y, por supuesto, no pararemos hasta que Jesús Eguiguren salde su ‘deuda asesora’ con la ciudadanía.

Arrimar el hombro

perio5.jpg Jesús Salamanca M. Rajoy

El Gobierno Rodríguez ha llegado a un punto de difícil retorno. Suele ser el precio que se paga cuando no se tienen las ideas claras y se actúa por impulsos imprevisibles. Lanzarse a la aventura, como si tratar con terroristas fuese un juego infantil, rara vez tiene un fin con positivos resultados. Nunca debió salirse del Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo, y mucho menos jugar con dos barajas en los años previos a su acceso al Gobierno. Es más fácil reclinarse en el pasado que construir el futuro.

Rodríguez ha ido a lo fácil, pero desconocido por y para él. Ha elegido la senda más peligrosa, mal asesorado y peor instruido. Debió recordar que los experimentos siguen haciéndose en casa y con gaseosa. Alguien debe explicarle que él y su Gobierno siguen siendo sospechosos para gran parte de la ciudadanía; en muchos casos se interpreta que lo sucedido en los últimos días forma parte del entramado que se representa en el escenario de los acuerdos entre ETA y el Gobierno. Al igual que se piensa que la reacción inmediata a la ruptura del alto el fuego es consecuencia de ello y pataleta incontrolada.

Ni siquiera ha demostrado el presidente Rodríguez seguridad en sus palabras. Su huida a la desesperada le ha llevado al ‘navajeo’ con la oposición, avergonzado de sus propios actos. Al ciudadano medio le hubiera gustado escuchar de su boca que nunca más negociará con ETA, ni experimentará con la ignorancia como bandera. Sus últimas palabras generaron más desconfianza, mucho desconcierto y ninguna serenidad. Su rostro desencajado era la viva imagen de quien se colapsa ante los problemas de importancia. Ahora mismo, su único bagaje es el descrédito de cuanto hace y dice.

No es necesario que pida perdón Rodríguez. La ciudadanía ni lo necesita ni se lo reclamará; aunque seguirá pidiéndole explicaciones. Tiene derecho a ellas, como el presidente Rodríguez tiene la obligación de hacerlo, tan pronto se reponga del puntual sopapo en forma de amenaza etarra.

Para quienes estamos por la paz y por la derrota del terrorismo es suficiente con que reconozca su error personal, inducido por asesores y amigos personales de históricos etarras. La importancia de saber rectificar es propia de gente sensata. Volviendo al Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo, allí encontrará la colaboración que precisa y a quienes están dispuestos a derrotar a ETA desde el Estado de Derecho, sin recovecos, sin astucia, sin falsedades y sin compromisos con los violentos.

A quienes no comulgamos con ninguno de los dos grandes partidos del escenario nacional, pero mucho menos con quienes se encaman con terroristas, sí nos hubiera gustado oír de Rodríguez la idea que se apresuró a decir Mariano Rajoy: “Yo no voy a negociar ni a ceder. Yo voy a intentar acabar con ellos y si la posición del presidente del Gobierno es esa, yo le apoyaré”. Arrimar el hombro. Eso se llama arrimar el hombro. El Estado español no atraviesa su mejor momento para jugar a labrar compromisos con asesinos y extorsionadores.

Miserable juego de ETA

perio5.jpg Jesús Salamanca Diario GARA

ETA siempre estudia cada paso que da, pero tiene la costumbre de confundir a todos. Suele utilizar vocablos propios de las democracias y del Estado de Derecho, aunque retuerce el contenido, la orientación y las verdaderas intenciones. Con ello logra que sus seguidores no pierdan el hilo conductor de su pretensión, que no es otra que sentirse víctimas, cuando en realidad son siempre verdugos. Dicen sentirse acosados y reprimidos por el Gobierno español, a la vez que se sienten respaldados por “miles de votos” para seguir luchando “en la construcción de un Estado libre llamado Euskal Herria”. Nos recuerdan al paranoico y su mundo imaginario.

Al leer el comunicado etarra sobre el fin de la tregua trampa, muchos piensan que podían haber dicho y escrito toda esa sarta de estupideces enlazadas en vísperas de las elecciones; pero es evidente que querían saber qué iba a pasar con las listas de la ETA oculta; es decir, con las listas de ANV. No olvidemos que muchas de esas listas habían causado baja o habían sido eliminadas; no obstante, seguían existiendo muchas otras. Era preciso conocer los resultados. Saber los apoyos con los que contaban.

Lo más lúgubre de toda esta estrategia es que nunca tuvieron intención de abandonar la lucha armada ni de renunciar a la violencia; pero precisaban de un pretexto que sirviera de base para volver al escenario de la violencia, bien en forma de atentados o bien con la extorsión a la sociedad vasca. Y ese escenario lo pintaron para que pareciera atractivo a sus bases. A partir de ahí todo ha sido muy fácil, porque han contado con un Gobierno cautivo de sus hechos y presos de sus embustes. Hasta la vicepresidenta ‘Maritere’ apareció descompuesta ante las cámaras de televisión. Junto a la cara-poema de Rodríguez eran la viva imagen del ‘cordero degollado’. En determinados momentos, el gesto delata sin que el portador llegue a ser consciente de ello.

Todos los problemas tienen un origen. Siempre hay un principio en todas las cosas y todos los actos. Sin ese primer impulso no es posible el desarrollo posterior. Supone bien el lector si esta idea anterior le hace pensar que ETA estaba bajo mínimos desde 2002 y que alguien le dio el empujón para reactivar sus acciones, internacionalizarse en Bruselas, recibir trato preferencial y pasear su chulesca actitud ante el Estado de Derecho.

Estos tres últimos años ETA y su brazo político han continuado con su miserable juego, amparados en un Gobierno blando, dando ‘sopapos’ a la sociedad española y a la Fiscalía. Nunca es tarde para volver atrás si se reconocen los numerosos errores cometidos, como tampoco es tarde para volver al Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo, del que nunca debió salirse el presidente Rodríguez.

Desde los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se dice que, en tres años, se han retrocedido quince en la lucha contra el terrorismo, se han dañado los resortes de la convivencia pacífica, se ha dividido a la sociedad y se ha crispado el ambiente político. Ha sido la contribución de Rodríguez a la sociedad española. La peor rueda del carro es la que más suena. El Gobierno debería aplicarse esa máxima, consciente de que ha agotado el recorrido. Todo el pescado está vendido y, posiblemente, el tiempo nos diga que se ha vendido algo más preciado para la ciudadanía.

Gobierno quemado

perio5.jpg Jesús Salamanca rubalcaba2.jpg P. Rubalcaba

Cuando el presidente Rodríguez analice la situación, comprobará que estamos peor que hace tres años y que hace tres días. Observará que ETA se ha enriquecido y fortalecido. Verá que los ediles vascos deberán aguantar en las instituciones los improperios y amenazas de los violentos. ETA se financiará con cargo al erario público, a la vez que seguirá extorsionando a empresarios vascos y burgaleses. El Estado de Derecho está más debilitado que nunca. La banda asesina se ha rearmado y formado a sus miembros, muchos de ellos procedentes de la Kale Borroka.

Hace tiempo que dejó de ofrecer dudas el Gobierno a la ciudadanía. Se evidencia que la política antiterrorista de Rodríguez ha sido un guiño estúpido a la banda y un sopapo al ciudadano de bien; al ciudadano que trabaja y paga sus impuestos y/o su hipoteca; al ciudadano que sujeta las bases del Estado de Derecho; al ciudadano que se ha hartado de escuchar palabras vacías y con ambiguo significado, además de muchas otras pérdidas en el día a día; entre otras, un buen margen de libertad y de solidaridad ciudadana.

Las malas políticas conducen a la situación en que nos encontramos y a lo que presenciaremos en los próximos días. El presidente Rodríguez creía haber encontrado la piedra filosofal, pero parece haber tropezado con otra bien distinta. Por lo visto nunca le hablaron de la filosofía de Gabriel García Márquez; éste solía decir que lo más importante que aprendió a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.

La colaboración con banda armada no puede quedar impune. El Parlamento autorizó al Gobierno Rodríguez a “tomar la temperatura a ETA”, pero en ningún momento a hacer lo que ha hecho y, mucho menos, a negociar con la banda y a humillar a las víctimas. El ministro Pérez Rubalcaba dijo, cuando estaba en la oposición, que “ETA nunca miente”, aunque últimamente le conviene retorcer los conceptos y las expresiones. Ha tenido que ser el injustamente tratado, ex ministro de Felipe González y del principal Gobierno que manejó y gestionó en España la época ominosa de la corrupción, don José Barrionuevo, quien ponga la nota de cordura: “Zapatero ha confiado en un milagro”. ETA y solo ETA es el objetivo a exterminar con los medios que proporciona el Estado de Derecho.

El Gobierno Rodríguez ha sido engañado desde el principio del mal llamado ‘proceso de paz’ o ‘proceso Rodríguez’. La banda ha tomado al Gobierno como una baza para sus fines o un banzo para tomar impulso. Y buena parte de culpa la ha tenido el presunto asesor de Rodríguez y desconocedor del terrorismo urbano y moderno, Jesús Eguiguren, maltratador de género y ocasional negociador donde no debía. Dicho asesor debería saber que el hijo de Josu Ternera está protegido y perseguido por el sector duro de la banda. Sospecho que Eguiguren sabe de sus múltiples errores en el ‘proceso Rodríguez’, de ahí su intención de abandonar la política y regresar a sus labores. Ha llegado a confundir a ETA con el vetusto terrorismo tupamaro.

La ciudadanía está obligada a apoyar al Gobierno para la desaparición de ETA, pero no a asumir la tregua-trampa con la que la banda ha ninguneado al Gobierno. Apoyaremos al Gobierno Rodríguez quienes estamos en la diana de la banda. Y también lo haremos con cualquier otro Gobierno que trabaje por y para la desaparición de ETA; pero lo que no vamos a consentir al presidente Rodríguez es la estupidez con la que ha tratado a las víctimas y el desprecio gubernamental que hemos sentido los objetivos de la banda.

Tenemos un presidente que no nos sirve para alcanzar los altos fines de cualquier Estado de Derecho. Y si a lo absurdo de su comportamiento añadimos la cobardía de su Gobierno, del fiscal general del Estado, además de las socarronas intervenciones de su ministro de Justicia, mejor convocar elecciones generales antes de que los palos del sombrajo le golpeen en la testa. El Gobierno está quemado y el presidente en entredicho. Cualquier día le «hacen los perrillos» sus ministros.

 

Fin de la tregua trampa. Nuevo fraude

perio5.jpg Jesús Salamanca eta.jpg ETA

ETA vuelve a las andadas. De ello no puede y no debe alegrarse nadie. Muchos, por motivos diversos, confieso que estamos muy preocupados y no menos acongojados; aunque seguimos dando la cara ante el terror de ETA. Saben dónde encontrarnos, pero son cobardes hasta más no poder. Claro que, por otra parte, contamos con una ventaja. Y es que nunca sabrán cómo, cuándo y dónde podemos estar esperando su llegada.

Si vuelve a actuar la banda es porque se le ha insuflado vida desde instancias que deberían haber luchado por lo contrario, la derrota; pero siempre por la vía democrática, utilizando el ‘armamento’ del que dispone el Estado de Derecho: la Justicia, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y el cumplimiento íntegro de las penas.

Muchas veces hemos insistido en que los terroristas son terroristas y juegan la baza del engaño, además de lograr los objetivos que mueven su lucha. Otra vez engañaron al Gobierno, a pesar de haber recibido éste advertencias desde todas las instancias conocedoras del terrorismo.

Como de costumbre era una tregua trampa, con un objetivo evidente: rearmarse, recuperar medios económicos y formar a sus cuadros. El primero en advertirlo fue el ex ministro, Mayor Oreja. Todos los acontecimientos se han sucedido tal y como los enumeró; desde el primero hasta el último. “Con ETA no se negocia, es una nueva tregua-trampa”, advirtió en varias ocasiones. Miembros del partido de Rodríguez llegaron a acusarle de agorero, bocazas y ‘metepatas’. ¡Hay ‘Pepiño’, ‘Pepiño’! Tan solo una persona del Gobierno de entonces pidió respeto para Mayor Oreja. Fue el ínclito y respetado, José Bono.

La banda terrorista ha incitado al engaño al Gobierno Rodríguez, que ha acabado mintiendo a la ciudadanía. Primero lo hizo con la negociación y, posteriormente, tras el atentado de Barajas prometió que se rompía cualquier contacto con ETA y, por supuesto, se desmoronaba cualquier atisbo de negociación. Hemos sabido que, incluso, tras el atentado de
la T-4 se ha seguido negociando. Y ello se pondrá de manifiesto cuando GARA publique cada una de las actas.

De nuevo la mentira ha acompañado a nuestro presidente. El engaño sigue siendo su bandera de enganche. Tomar a los ciudadanos por inútiles y estúpidos no sale gratis a ningún político y mucho menos a un presidente. Bien es cierto que han sido sus asesores quienes han carecido de perspectivas y de visión. No nos cabe duda que Rodríguez ha sido inducido al engaño por malos asesores y peores compañías, también.

No es fácil entender que Rodríguez firmara y apoyara el Pacto por las libertades y contra el terrorismo y, por otro lado, estuviera ‘navajeando’ al Gobierno de ese momento, ‘morreo’ incluido con ETA. La negociación con ETA se paga siempre. Al Gobierno Rodríguez le han empezado a pagar con la misma moneda que él puso en circulación con otros. Por eso no se entiende, desde ningún punto de vista, la comparecencia del bachiller ‘Pepiño’ Blanco, don José, hablando de libertades y de transparencia. Tanto el presidente Rodríguez, como su circense ‘escudero’ en el partido, han perdido la credibilidad para la ciudadanía y ésta seguirá pidiendo explicaciones por el fraude cometido, el desmedido engaño y la indisimulada desfachatez.

Etarras + Asesinos = Cumplimiento îtegro de penas

La L.O.G.S.E. con la perspectiva del tiempo

perio5.jpg Jesús Salamanca maravall.jpg J. Mª Maravall

 

En el año 2000, la revisión de la LOGSE invitaba al optimismo. Habían transcurrido diez años y el inicial acercamiento de posturas parecía indicar el camino adecuado. La mediocridad a la que se había llegado con la LOGSE parecía estar tocando a su fin.

Cada vez eran menos los que se oponían a dicha revisión. Entre los docentes, la ley de educación socialista había perdido todo su prestigio. No es necesario recordar que la LOGSE se aprobó de espaldas al profesorado y, a los diez años de su aprobación, no se trataba de hacer una reforma de la reforma, sino una intervención de urgencia.

La ansiedad que sufría el profesorado era evidente. Los casos de indisciplina que empezaban a aflorar en algunos centros se unían a la pasividad de quienes empezaban a ser conocidos como “objetores escolares”. Hoy nadie duda de que el equilibrio entre orden y educación sea un binomio que se caracteriza por su precisión, su necesidad y su proporción directa. Aún recordamos los resultados de la encuesta realizada por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo. Según la misma, más de un 70 % de los escolares madrileños encuestados entendían el orden y la disciplina como “dos factores que contribuyen de manera decisiva a mejorar la calidad educativa”. Las denuncias del profesorado, y las llamadas de atención que divulgaron los medios de comunicación, se vieron refrendadas en la encuesta de referencia al declarar casi el 60% de los entrevistados que “conocían situaciones de agresividad física en sus centros, que no denunciaban por miedo, pero que deberían corregirse a través de medidas más severas que las (…) adoptadas”.

La preocupación era creciente desde el momento en que no se hablaba solo de indisciplina escolar, sino de violencia en los centros. Se requería una reflexión serena. Algo estaba fallando. Resultaba llamativo comprobar en los centros que la corrección de determinadas actitudes se interpretaba erróneamente como represión o agresión a la libertad de los jóvenes.

Casi todas las comunidades autónomas han elaborado normativa sobre la convivencia en los centros, pero hace varios años que muchos otros países han adoptado importantes medidas al respecto: Francia puso en marcha el Comité Antiviolencia Escolar, Italia planificó un proyecto parecido al francés, Canadá contaba con el sistema de regulación y gestión de conflictos y el gobierno alemán hace tiempo que aprobó normas tendentes a eliminar los problemas de convivencia en los centros.

Hemos de constatar que entre los años 1987 y 1990 se produjo un falso debate social sobre la que luego sería la LOGSE. En 1987 el ministro José Mª Maravall Herrero había puesto el “rodillo socialista” a punto para abanderar la aprobación de esa ley dos o tres años después; pero la inesperada aparición del “cojo manteca” hizo que el ministro saliera por la puerta trasera, siendo el ministro Solana el que la llevó al Boletín Oficial del Estado.

Cuando se empezó a debatir sobre lo que sería la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), muchos de los paladines de la LOGSE habían “guardado el estandarte” que hicieron ondear en Alcalá. Habían perdido la perspectiva y eran el estafermo de todos los sectores implicados en la educación. Con la LOCE se trataba, ante todo, de “abrir ventanas”, de dar urgente respuesta a los retos del siglo XXI, a la sociedad del conocimiento y al principio de educación a lo largo de toda la vida.

Derogada la LOGSE, tras tres lustros en funcionamiento, los docentes y demás sectores comprometidos con la educación nos enfrentamos a un panorama desolador. La sociedad no puede permanecer callada ante el atropello que supone la LOE en muchos aspectos. Desde todos los sectores de la educación se alzan voces críticas, conscientes de que “el hombre muere – en palabras del escritor Wole Soyinka en quienes mantienen silencio ante la tiranía”.

Compromiso contra el terrorismo

perio5.jpg Jesús Salamanca mikel-buesa.jpg Mikel Buesa

      “Prefiero manifestarme con la cabra de la Legión que con los cabrones que acompañan a Otegi”, dijo Fernando Savater hace algún tiempo. Tal afirmación suena a compromiso contra la causa de los violentos, asesinos, extorsionadores, defensores del independentismo y del aldeanismo nacionalista. Pero, además, ese compromiso tiene un valor añadido, porque se hace desde el convencimiento y la libertad, frente al odio y el terror que encabezan las aspiraciones y objetivos del mundo abertzale, ETA y los grupos violentos que se amparan bajo nombres de conveniencia; un amplio espectro que abarca desde ETA hasta los grupos refugiados tras presuntas Organizaciones No Gubernamentales.

      No solo Fernando Savater lleva años dando la cara contra el terrorismo y quienes lo apoyan. Rosa Díez, Gotzone Mora, Nicolás Redondo, Mikel Buesa, los hermanos Múgica,… Todos ellos y muchos más son la bandera, la avanzadilla de quienes están convencidos de que otra sociedad es posible, así como que la Justicia está para poner freno a los desvíos y desvaríos de la sociedad, frenar la violencia, castigar el asesinato, el vandalismo y la extorsión. Justo lo contrario de cuanto vemos hacer al fiscal general del Estado, apoyado y alentado por algún que otro mal versificador, con cargo de ministro, burlesca actitud, insospechado insultador y ‘apesebrada’ obediencia.

Muchos ciudadanos piensan que es difícil llegar a parte alguna con un Gobierno aturdido, un fiscal general graciable con los violentos, un ministro de Justicia ‘megáfono’, grisáceo y cortito, muy cortito; tan corto de razón, como largo de torpeza. A ello se une cómo el presidente Rodríguez se ha escondido en los mítines celebrados en el País Vasco; tan solo con los suyos y con una protección fuera de lo común, en actos recogidos, agazapado ante los violentos y parapetado entre el grueso del socialismo vasco.

Mientras el ciudadano medio se siente amenazado y señalado por el terrorismo, el partido socialista se ha perdido en vulgaridades e insultos durante la campaña electoral. A ello hay que añadir la crispación y la incitación a la misma que el Gobierno viene alentando con sospechosas actuaciones en temas como la prisión atenuada de De Juana Chaos; los parabienes y vista gorda con Otegi; los chivatazos a los extorsionadores integrados en la red de recaudación del impuesto revolucionario; aceptación de ANV como siglas ‘paraguas’ de ETA y Batasuna; revitalización de la banda armada; el trato de excepción en la persona de Iratí Aranzábal; vía libre en la actuación de Jesús Eguiguren y otros dos malos asesores del Gobierno, en sus tres reuniones con Josu Ternera y familia; las veinticinco reuniones entre ETA y PSOE, de las que se publicarán las actas si no se llega a un acuerdo sobre Navarra; improperios y vulgaridades por parte de ‘Pepiño’ Blanco, el diputado Garrido y la vicepresidenta Fernández de la Vega; la inseguridad que genera, con sus truculentas declaraciones, Joan Mesquida,… por citar algunos.

Mientras ciudadanos amenazados difunden su compromiso en la lucha por conseguir otro modelo de sociedad, el Gobierno de Rodríguez se pierde en compromisos con la banda terrorista que nunca podrá cumplir. Tan solo el deficiente asesoramiento en asuntos de terrorismo, la ignorancia reiterada del presidente en esta cuestión puntual y los oídos sordos a quienes aconsejaron al presidente no seguir adelante, han llevado al callejón sin salida en el que se encuentra el Gobierno. Los compromisos con la banda asesina se pagan a corto plazo y con altos intereses. La suerte, mala suerte en este caso, está echada. Todo el pescado del Gobierno socialista está ya vendido y parece que solo queda abierto el camino de las elecciones generales.