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El relatweet, el género que nos inventamos todos

Writing With A Quill

Hace unas semanas, dando saltos sobre una cama elástica, se me ocurrió la idea de escribir una novela con la colaboración de la twitosfera, un ejercicio cooperativo a gran escala para crear un gran relato a base de mensajes de menos de 140 caracteres. Dejé reposar la idea, porque cualquier cosa que se conciba botando sobre una cama elástica es susceptible de ser fruto de un cortocircuito cerebral.

Así que después de darle vueltas, creo que vale la pena intentarlo, aunque bajando las expectativas. En lugar de una novela, voy a proponer crear un relato a través de Twitter. Propondré un tweet inicial para que despierte la imaginación y cada uno escriba los subsiguientes, hasta llegar a un final. Para que vuestros tweets formen parte del relato, deberán llevar el hashtag #relatweet, y antes de escribir uno, tendréis que leer los anteriores para seguir el hilo argumental. Podéis escribir cuantos tweets queráis. Al final de cada día, recopilaré todos en mi blog, y ahí se irá acumulando el relato. Cuando lo terminemos, lo publicaré en un documento pdf para goce y disfrute de toda la twitosfera.

Para facilitar el seguimiento diario, os recomiendo que hagáis un «saved search» del hashtag #relatweet y así podréis ir viendo los tweets que se han publicado. Pues nada, ahí lanzo la apuesta. Espero que salga adelante. Será muy interesante ver el rumbo que sigue el relato. Ahí va el tweet inicial:

Se despertó sobresaltado, sudoroso entre un hojaldre de sábanas. Extendió la mano, y a tientas encontró el frasco con su pastilla #relatweet

Puedes seguir el relatweet en tiempo real.

Acoplados en la Casa Blanca

Estoy a punto de bajar persiana pero una noticia de última hora capta mi atención. Una pareja de Virginia, Michaele y Tareq Salahi, se coló sin invitación en la primera cena de estado de Barack Obama en la Casa Blanca. Ayer os daba el menú. Lo de hoy es la guinda del pastel.

La noticia ya es un escándalo que pone en entredicho la seguridad del presidente. ¿Qué hacían esos dos allí? Mis primeras conjeturas apuntan a que la pareja se enteró del menú a través de este blog y no resistió la tentación de probar la «Arúgula de la Casa Blanca con vinagreta de semilla de cebolla».

Pienso que acoplarse a una fiesta tiene sus ventajas. Por ejemplo, uno puede vestirse de forma zarrapastrosa sin erosionar su status social. Nadie te conoce. Por ese mismo motivo, también se puede engullir hasta perder el conocimiento. No habrá tribunal inquisidor que te censure. Y echándole hilo a la cometa, alguno con más dureza de cara que el corindón en la escala de Mohs puede incluso convivir con los anfitriones como si fueran amigos de toda la vida. Los convidantes sí tienen que guardar la compostura y antes que montar un numerito achacarán el desconocimiento a la falta de memoria.

En fin. A esta hora, todos se preguntan cómo pudieron acoplarse a semejante cita sin invitación, birlando los controles de seguridad y sacándose fotos con la flor y nata de la política estadounidense. Yo, sin embargo, lo que me pregunto es cómo estaba la arúgula con vinagreta de semilla de cebolla.

10 usos periodísticos de Twitter

(Foto de Chvad)

En los últimos días, varios colegas me ha pedido que les explique «¿qué es eso de Twitter?» Desde que aparecí en la página de agradecimientos del libro «Twitterville«, de Shel Israel, algunos ya me consideran un gurú del tema (cosa nada más alejada de la realidad, de hecho le tengo miedo a los gurús). Me he dado cuenta de que es difícil explicar algo tan sencillo. Cuesta comunicar la revolución que supone algo tan elemental. Pero ha sido un ejercicio interesante porque, al intentar transmitir la esencia de esta red social, he podido reflexionar sobre su utilidad para los periodistas. Os comparto estos 10 usos de Twitter para periodistas, así, a bote pronto, sin mucha digestión. Si se os ocurren más, los incorporaré>

1. Fuente de información: Twitter puede compararse con leer un medio de comunicación digital en el que el contenido ha sido seleccionado por editores a los que sigues y respetas. Los enlaces que han sido twiteados y retuiteados tienen un sello de garantía.

2. Inspiración para reportajes: ¿De qué se está hablando en Twitter? ¿Cuáles son los «trending topics» del momento? En la twitosfera se pueden encontrar tendencias sobre las que se puede profundizar e investigar.

3. Twittervistas: Twitter permite hacer entrevistas de una forma no invasiva. Uno es entrevistado casi sin darse cuenta, sin que sea algo oneroso. Puedo dar fe de ello porque fui objeto de una de las primeras twittervistas en español. Las ventajas: brevedad en preguntas y respuestas, accesibilidad y asincronía (una entrevista puede durar varias horas sin interrumpir las actividades del entrevistado).

4. Verificación de información: A través de Twitter puedes preguntar a tus seguidores sobre la precisión de un dato o contrastar informaciones. La twitosfera es una masa de conocimiento agregado.

5. Noticias urgentes (breaking news): La rapidez de Twitter hace que sea uno de los mejores medios de alerta temprana sobre noticias que están ocurriendo en el momento, en las que la fuente original muchas veces no es un medio de comunicación sino un ciudadano común y corriente.

6. Crowdsourcing: También se puede recurrir a Twitter para recabar información que si uno tuviera que buscar por sí mismo tardaría mucho tiempo. Por ejemplo, puedes preguntar a tus seguidores qué opinan sobre cierta medida del gobierno, y usar esas reacciones para escribir un reportaje sobre qué opina la gente sobre tal medida. Twitter es lo más parecido a hacer periodismo de calle, sin salir a la calle.

7. Termómetro sobre el interés de un tema: si piensas escribir sobre un tema y no estás seguro de si interesará a la gente, twitea al respecto y observa la reacción.

8. Promoción: Twitter es una gran herramienta para promocionar tu labor periodística a través de la publicación de los enlaces a tus trabajos. Si tienes suerte, a través de retweets se puede llegar a propagar de forma viral.

9. Entre bastidores: A través de Twitter puedes mantener informados a los demás sobre cómo desarrollas tu trabajo periodístico, desde que concibes una idea, hasta la labor de investigación, las entrevistas… El trabajo sucio que al final siempre queda en segundo plano pero que es fundamental para hacer una buena labor periodística. Es el making of del periodismo. Aunque esa transparencia puede depararte sorpresas negativas, como que alguien te plagie o se te adelante, en la mayoría de los casos será beneficiosa porque te aportará los comentarios de la gente sobre la marcha, o incluso surgirán fuentes nuevas a las que de otra forma nunca hubieras tenido acceso.

10. Humor gráfico: los comentarios lacónicos, sarcásticos, irónicos, cínicos de la gente a las noticias en Twitter son una fuente de inspiración valiosa para los que hacen humor gráfico. Este ejemplo me gustó. A la noticia del hallazgo de agua en la Luna por parte de la NASA, un tweeter venezolano respondió: «Esa fue la parte fácil, lo dificil es encontrarla en Caracas. Sigue adelante NASA todavía queda mucho por hacer».

¿Estás ya en Twitter? ¿No? Ya estás tardando.

Claves para reconstruir el periodismo

(Foto de Daquella Manera)

Cada vez que leo un titular en el que el sujeto es un medio de comunicación me echo a temblar. Ultimamente, el predicado siempre es el mismo: «despedirá a xxx empleados». Y nadie parece estar exento. Hasta el New York Times sigue despidiendo gente.

El periodismo es quizás una de las profesiones que más se ha beneficiado de las nuevas tecnologías, pero también una de las que más las está sufriendo. Por eso, ésta es una etapa de cambios drásticos, de transformaciones. Quizás necesitemos un paquete de rescate financiero como el de AIG o General Motors… o no.

Acabo de leer un informe que encargó la Facultad de Periodismo de la Universidad de Columbia. Básicamente su conclusión es que el periodismo que investiga, analiza e informa de verdad está amenazado, y que si la sociedad no actúa, hay peligro de que desaparezca.

Proponen que, de la misma forma que la salud, la educación o la cultura se financian mediante subsidios, donaciones y partidas fiscales del gobierno, también el periodismo reciba esas ayudas. Concretamente sugieren que:

– los gobiernos permitan a los medios de comunicación funcionar como organizaciones sin ánimo de lucro y así puedan recibir, además del dinero publicitario, donaciones deducibles de impuestos.

– las fundaciones y organizaciones filantrópicas aporten más fondos para el periodismo local, de la misma forma en que financian instituciones culturales o de educación.

– las radios y televisiones públicas se reorienten para hacer más reporterismo al servicio de las comunidades en las que trabajan.

– las universidades, a través de sus profesores y alumnos de periodismo, se involucren más en la labor informativa y de investigación en sus comunidades.

– se cree un fondo nacional para el periodismo local a partir de las tarifas que los gobiernos cobran o puedan empezar a cobrar a los usuarios de telecomunicaciones o proveedores de Internet. Con ese dinero, aislado de presiones políticas, se financiarían proyectos periodísticos innovadores.

– los gobiernos, organizaciones no gubernamentales y periodistas deberían difundir más la información pública que recopilan los gobiernos y otras entidades aprovechando los medios informáticos que existen hoy para analizar esos datos y utilizarlos para generar información.

Aunque las sugerencias sean para el periodismo en Estados Unidos, creo que algunas son válidas para otros países.

Termino con una de las frases del informe que quizás lo resuma todo: «El desafío es convertir el momento actual de transformación en una reconstrucción del periodismo estadounidense, posibilitando el surgimiento de un periodismo revivido y agrandado a partir del declive de los medios que durante años dominaron. Tal vez lo esencial no sea salvar un medio en particular, como los periódicos. Lo fundamental es conservar el periodismo independiente, original y creíble, sea o no popular o lucrativo, y con independencia del medio que se utilice».

22 ideas para renovar las noticias

Dan Gillmor es uno de los pioneros en el uso de la web 2.0 con fines periodísticos. Su libro «We, the media» es lectura obligada para entender el impacto de las redes sociales e Internet en el futuro del periodismo. Así que cuando Gillmor habla, el pueblo escucha.

En un artículo en The Guardian, se queja de la pereza y escasa imaginación de muchos periodistas y dice que si él dirigiera un medio de comunicación pondría en práctica estas ideas:

1. Nunca cubriría historias sobre aniversarios excepto en circunstancias excepcionales.

2. Invitaría a la audiencia a participar en el proceso periodístico, no para aprovecharse de ella como mano de obra gratuita sino para promover un nuevo flujo informativo multi-direccional en el que la audiencia juegue un papel esencial.

3.Transparencia: Dejar claro a la audiencia lo que se quedó en el aire durante la investigación periodística y pedir a la audiencia que colabore para esclarecer los interrogantes que se quedaron sin responder.

4. Crear un servicio para notificar a los lectores de nuestro medio de los errores que hemos cometido, incluso los más nimios.

5. Alentar la conversación, a través del uso de comentarios de la audiencia.

6. No ser simples taquígrafos y llamar a eso periodismo. Cuando alguien diga algo y sea mentira, dejarlo claro.

7. Acabar con la jerga de las relaciones públicas y con los eufemismos. Llamar a las cosas por su nombre.

8. Usar el mayor número de links posibles, ya sean enlances a blogs, galerías de fotos, videos, bases de datos o cualquier material relevante.

9. Acceso gratuito a los archivos del medio, incluso con APIs para que otros se puedan beneficiar de ellos.

10. Promover el pensamiento crítico para que la audiencia no sea pasiva, sino activa.

11. Nunca publicaría listas de «los diez más…»

12. Salvo circunstancias de vida o muerte, nunca citaría o parafrasearía a fuentes anónimas.

13. Si permitiéramos el uso de una fuente anónima y nos mintiera, consideraríamos eso como una ruptura del acuerdo y divulgaríamos su engaño e identidad.

14. Proscribiría la palabra «debe» – como «El presidente debería hacer esto o lo otro» – de todas nuestras columnas o comentarios.

15. Enlazaría a los mejores trabajos de la competencia, incluso en temas que nosotros cubriéramos para dar a la audiencia más perspectiva.

16. No sólo enlazaríamos a los reportajes de la competencia, sino que además les haríamos seguimiento e incluso informaríamos sobre ello.

17. Si pensáramos que un tema es importante para nuestra comunidad de lectores, no dejaríamos de seguirlo, y si viéramos que las cosas van por mal camino, haríamos lo posible por cambiarlo.

18. Para cualquier tema que cubriéramos habitualmente tendríamos un artículo de contexto para que la gente que leyera al respecto por primera vez pudiera hacerse una idea general. Ese artículo de contexto se iría actualizando.

19. En temas sobre los que la gente pudiera actuar, le informaríamos al lector sobre formas de hacerlo.

20. Revelaríamos siempre quién está detrás de las cosas, de las informaciones, quién está bajo la sombra de una noticia, oculto.

21. Evaluaríamos los riesgos de una forma honesta, comparando los posibles riesgos que enfrenta una sociedad compárandolos estadísticamente, sin crear pánicos infundados.

22. Nunca permitiría artículos de opinión o comentarios de políticos o ejecutivos de empresas.

¿Estáis de acuerdo con todos estos puntos? ¿Qué os parece?

Contar las noticias con humor y ser el más creíble de EE.UU.

Hace unos días murió Walter Cronkite, considerado durante años el hombre con más credibilidad de la televisión estadounidense. Muchos se preguntaron entonces quién sería su sucesor. La revista Time quiso preguntárselo a sus lectores, y en una encuesta informal, el preferido fue Jon Stewart, el presentador del Daily Show, el único programa de la televisión de Estados Unidos que veo.

En un mundo en el que todos nos tomamos demasiado en serio, Stewart ofrece una mirada distinta de la realidad. Cuenta las noticias con humor e ingenio, diciendo lo que quizás muchos piensan pero nadie se atreve a decir. Ve pasar al emperador desnudo y no se calla. Desenmascara la jerga absurda de los políticos que muchos periodistas reproducen ciegamente sin ningún tipo de crítica y pone al descubierto el sesgo de los diferentes medios de comunicación.

Pese a estar hecho en clave de humor, el Daily Show ha ganado premios periodísticos tan prestigiosos como el Peabody a la excelencia por su cobertura de las elecciones del 2000 y 2004, así como el galardón de la Asociación de Críticos de Televisión en la categoría de noticias e información en 2003 y 2005, por delante de programas de información tradicionales.

Ya el año pasado, el New York Times se preguntaba si Jon Stewart era el hombre más creíble del país, y en 2007 la American Journalism Review extraía algunas lecciones que los medios tradicionales deberían aprender de este comediante. El artículo terminaba así:

«En medio de una transición, nuestra industria zozobra. Nuestra credibilidad se resiente. El público piensa que somos sesgados pese a que somos reacios a hablar claramente. Nuestros diarios parecen rancios. Quizás el Daily Show nos pueda enseñar poco, pero sí recordarnos muchas cosas: no subestimes a tu audiencia. Sé relevante. Y sé arrojado».

Parece que la información y el humor no están reñidos.

Ahora me voy a hacer abogado ciudadano

(Foto de Quinn Anya)

Se ha puesto muy de moda eso del periodista ciudadano para referirse al hombre o mujer común y corriente que, armado o armada con una cámara digital y una conexión a Internet, emula o emulo a los profesionales de la información. Hay quienes equiparan el periodismo tradicional y el ciudadano e incluso pronostican que el ciudadano acabará engullendo al tradicional.

Estoy de acuerdo en que muchos de estos  ciudadanos hacen una buena labor y contribuyen de manera importante al trabajo del periodista, pero en ningún caso lo sustituyen. Los medios desempeñan una función esencial muy concreta que requiere unas habilidades y una preparación, como muchas otras profesiones. Y cuanto más preparados estén los periodistas, más preparada y mejor informada estará una sociedad para tomar las decisiones correctas. Es una responsabilidad demasiado grave como para dejarla en manos de aficionados.

Se puede hablar de una colaboración entre ciudadanos y periodistas, pero no de una sustitución  o competencia. Si no sería como decir que la colaboración de los ciudadanos para detener a un criminal prófugo los convierte ipso facto en policías. O como si el que ayuda a apagar un incendio forestal como voluntario se transformase de inmediato en un bombero profesional. O como si yo, comprándome unos cuantos códigos de derecho y viendo todas las temporadas de Law and Order, me hiciera abogado y anduviera defendiendo casos por el mundo. Mmm, ahora que lo pienso, no sería mala idea ser abogado ciudadano.

Los vinos añejos son mejores ¿y las noticias añejas?

The Daily Show With Jon Stewart Mon – Thurs 11p / 10c
End Times
thedailyshow.com
Daily Show
Full Episodes
Political Humor Newt Gingrich Unedited Interview

Una de las instituciones más venerables del periodismo estadounidense, el New York Times, fue el blanco de las mofas y befas del Daily Show de Jon Stewart. Jason Jones, uno de los corresponsales del programa cómico, se paseó por la moderna sede del diario satirizando el periodismo que encarna «La Dama Gris».

Este es uno de los diálogos entre Jones y Rick Berke, uno de los responsables editoriales del Times, al que presentó diciendo que «todavía hoy hay quienes piensan que tiene algún mérito publicar las noticias 24 horas después de que ocurrieran».

Jones: ¿Por qué las noticias añejas son mejores que las noticias de verdad?

Berke: Nunca había oído el término «noticias añejas».

Jones: Dígame alguna cosa que salga en este diario que haya pasado hoy.

Berke: Ninguna pasó hoy, pero creo que hay varias cosas que no sucedieron ayer.

El periodismo del futuro… ¿y un futuro deprimente?

(Ilustración de Tom Manning, para IDEO; Fotografía de Nicolas Zurcher)

«Las redacciones del futuro se parecen a las cafeterías de hoy».

Al menos así lo vislumbran los creativos de la consultora IDEO, después de reunirse día y noche durante tres semanas para conceptualizar su alternativa a los modelos periodísticos tradicionales (¿Quizás una sobredosis de cafeína?). El resultado es una simulación futurista sobre la experiencia de recibir noticias.

Estos son los pilares de su visión:

«La manera en que definimos y experimentamos las noticias puede, y debería, cambiar a mejor si nos basamos en lo que la gente realmente necesita y quiere«.

«La información se ha hecho cada vez más personalizada e hiperlocal y, paradójicamente, más comunitaria, participativa y global. El periodismo se parece más a una conversación. La gente habla con una voz particular, se siente propietaria de su contenido y desarrolla una credibilidad que a su vez posibilita comunidades fuertes en las que florecen las noticias. Todo aquello que importa a una persona en un momento y lugar determinado se convierte en noticioso«.

«Las noticias se apoyan en una red de contribuciones de consumidores, empresas, entidades sin ánimo de lucro, socios de distribución y otras entidades. En lugar de evitar el riesgo y los posibles fracasos, las marcas (al menos las que resisten) pasan de un modelo centralizado de distribución controlado desde arriba a ser incubadoras de experimentos periodísticos«.

Me he ilusionado con esta propuesta. La he empezado a vislumbrar. «Hay un futuro apasionante por delante», pienso.

Pero luego vuelvo a la cruda realidad al leer el discurso de la periodista y escritora Barbara Ehrenreich en la ceremonia de graduación de la Facultad de Periodismo de la Universidad de California en Berkeley.

El decano le pidió expresamente que fuera optimista, que alentara a los futuros periodistas en un momento de crisis en la profesión. Querían un mensaje positivo e ilusionante para los recién graduados. Pero lo que dijo fueron cosas como éstas:

«Vais a intentar haceros camino en la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Además, lo vais a hacer en una industria moribunda, o al menos en una industria que atraviesa una ‘reestructuración’, como dice el eufemismo, tan profunda que no la va a reconocer una tradicional como yo. Tenéis muchos talentos y habilidades… lo que no está claro es quién quiere pagar por ellos«.

«No os vais a hacer ricos, a menos que tengáis un trabajo paralelo como chantajistas o ladrones de bancos. Viviréis algunos de los problemas sobre los que informáis».

«No somos parte de una elite… Somos parte de la clase trabajadora… Podrán pagarnos mal, nos podrán engañar y despedir arbitrariamente como a cualquier trabajador automotriz, mecánico o sobrecargo… Pero hay una diferencia: un trabajador automotriz despedido no se mete en su garage y monta coches a mano. Pero nosotros, los periodistas, no podemos dejar de hacer lo que hacemos. Mientras haya una historia que contar, una injusticia que poner al descubierto, un misterio que resolver, encontraremos la forma de hacerlo… La recesión no nos detendrá. Una industria moribunda no nos detendrá. Incluso la pobreza tampoco nos detendrá porque todos estamos aquí en una misión«.

Menos mal que le pidieron que fuera optimista.

Al final, me planteo: ¿cómo se concilia un futuro tan oscuro con las ideas tan iluminadoras de IDEO?

¿La primera twittervista en español?

Ayer me hicieron la que quizás sea la primera twittervista en español de la historia, una entrevista hecha a tráves de Twitter. Fue una recaída de otra ya clásica en la blogosfera que me hizo Leandro Pérez Miguel a través de Facebook en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca.

Hablamos de periodismo, de política y por supuesto, del Barcelona y su triunfo en la Liga de Campeones.

Además de lo novedoso del formato, esta experiencia nos introdujo en el mundo de la entrevista asíncrona, en la que entrevistador y entrevistado se van lanzando preguntas y respuestas sin necesidad de que los dos estén presentes al mismo tiempo.

En este caso concreto fueron siete horas en las que, entre tweetpregunta y tweetpregunta, tuve tiempo de hacer el desayuno a mis hijas, comprar un bote de nueces de macadamia, preparar un gazpacho, darme una ducha, leer un cuento sobre el Mago de Oz y conducir hasta mi trabajo.

Una forma de entrevistar idónea para los tiempos de hoy, en los que nadie tiene tiempo de nada y el conocimiento se fragmenta. Me recordó a una partida de ajedrez en la que cada pregunta era un movimiento. Jaque mate y que vengan más twittervistas.

Nota: Y ahora, siguiendo con el bucle, han hecho una entrevista sobre la primera twittervista.