Hoy nadie suele dudar que los ricachones del sindicato socialista se sienten una casta diferente. No les gusta relacionarse con los trabajadores, por si les infectamos la ilusión o el afán por trabajar. Han conocido un mundo que les era inalcanzable, e incluso para muchos era un mundo de ensueño, gozo, ocio y descanso.
La noticia del reciente abuso de uno de los sindicatos obreros, como es UGT — organización que se ha convertido en una vergüenza para trabajadores e inversores — ha sido resaltada por PERIODISTA DIGITAL, concluyendo que “en circunstancias normales, (…), se puede almorzar por 60 euros, pero este martes, los alegres ugetistas se sentaron en torno a una gran mesa en la planta de abajo, salieron a 130 euros por barba. Una forma muy especial de luchar contra la crisis y la “conspiración internacional” que denuncia ‘Pepiño’ Blanco. ¡Un brindis por los parados!”