La fiesta la pagaremos nosotros, fieles contribuyentes al fisco, para que los sindicalistas disfruten de su manifestación contra el empleo y los empresarios. Ni los ayuntamientos franquistas llegaron a tan gran esperpento; pero los sindicalistas de ahora no se privan de nada: viaje gratis, media dieta, paseo pagado por Madrid y, aunque no lo digan, se meterán sus orgías diversas que, dicho sea de paso, también acabarán siendo gratis. Solo ha faltado el eslogan: “Viaje, dieta, paseo, sexo y alcohol gratis”, como decía ayer un insigne socialista.