Todo el mundo tiene derecho a soñar, pero a algunas editoriales les han vendido la burra ‘coja, soltera y abarrajada’. No vale decir que miran por sus intereses económicos solamente.
Hasta algunos partidos políticos han llevado a cabo informes completos sobre el tema y la lectura de ellos constata que el único marco sociopolítico para el alumnado y el profesorado de esa comunidad es Euskal Herria. En pleno siglo XXI los nacionalismos siguen mirando hacia atrás, sin perspectiva de futuro y con el afán de encerrarse en su ámbito más próximo.
Revisando con detenimiento los libros de texto de esa parte del Estado español, en algún momento he tenido la sensación de estar leyendo “Las aventuras de Mortadelo y Filemón” o de haber aterrizado en un país desconocido que ha accedido a la categoría de Estado en fechas recientes.
España no es un país, una nación o un Estado, según leo. Haciendo “parapente doctrinal” nos encontramos en los libros de texto que en la Península Ibérica hay cinco pueblos culturales: Euskal Herria, Portugal, Galicia, Países Catalanes y Países Españoles. ¡Toma castaña!
Han pasado del “parapente doctrinal” y patológico al absurdo más ridículo y enfermizo. ¡Además de hipocresía, destaca la torpeza y el interés, además de otras valoraciones no mencionables, por respeto al lector!
¿Qué pensará el alumnado vasco cuando madure con la edad y compruebe el alto grado de irresponsabilidad e idiotez de un importante sector de sus mayores y de sus políticos? «La diferencia entre lo sutil y lo vulgar no está más que en tu conciencia», decía R. Tagore.