¡Menudo caos mental tendrá el alumnado vasco cuando finalice la enseñanza primaria! He tenido ocasión de estudiar con detenimiento cuatro libros de primaria y tengo la sensación de no entender nada, por no decir que la falsedad se ha apoderado del contenido en algunos libros de texto. Lo mismo da que uno se detenga en mapas, en contenidos, en ejercicios, recapitulaciones o en reflexiones puntuales.
Parecen querer dar a entender que Euskal Herría es el ombligo del mundo, país con aspiraciones de independencia, surgido al margen del Estado español como consecuencia de la existencia de una raza superior.
No hay duda de que el nacionalismo ha encontrado el germen desde el que configurar un pensamiento, un sentimiento y una actitud. Una vez más, la escuela es utilizada para provecho propio y con clara inclinación política, económica y social.
Así entendida la escuela, hemos de considerarla como una aberración social y una vergüenza con abuso de competencias. Se suele decir que cuando la política entra en la escuela, la educación salta por la ventana. Y antes o después se paga esa mala conciencia.
Mientras tanto, el Ministerio de Educación mira para otro lado, cobarde y aturdido ante la política mal enfocada que viene caracterizando la política de Rodríguez Zapatero. Una política que se ve acompañada de la desidia de la Alta Inspección en el País Vasco, también sujeta a amenazas puntuales y al desprecio de la sociedad vasca.