Herriko Taberna «Ansoategi»: otra cagada del odiado chapucero, Baltasar Garzón. Y van…
Reconozco que liarse a mamporros con un martillo pilón no es hoy la solución al entramado del terrorismo vasco. Digo “HOY”, y lo recalco, porque si hace años no hubiera existido tanta cobardía en el País Vasco, pueden estar seguros que no se hubiera llegado hasta aquí en estas circunstancias y con este predominio de ETA.
Emilio Gutiérrez ha reaccionado como reaccionaría cualquier persona valiente y normal, harta de represión, desprecio, olor y muerte.
Quien no conoce en profundidad el mundo ‘abertzale’ y su forma de actuar, seguramente no podrá comprenderlo. De la misma forma que nadie comprenderá la inoportunidad de las palabras del presidente Rodríguez.
Menos aún podrán comprenderlas después de comprobar cómo se ha apoyado y alabado a etarras convencidos y confesos como Otegi, ‘bendecir’ y favorecer a De Juana Chaos, reconocer trato de Estado a ETA, apoyar la puesta de largo de la banda en Bruselas y permitir que el Ministerio del Interior negara que en los zulos no se estaban depositando armas durante la tregua.