El Partido Socialista de Castilla y León ha decidido investigar por su cuenta la corrupción por tráfico de influencias en la concesión de las plataformas fotovoltaicas de León y Castilla. Esta vez no han pinchado en hueso, como suele ser costumbre. Y es que los afectados — altos funcionarios de las Delegaciones Territoriales de la Junta de Castilla y León en diversas provincias – no son unos simples funcionarios.
A ello hay que unir que están todos en los aledaños del presidente Juan Vicente Herrera. Estamos hablando de secretarios de las Delegaciones Territoriales y jefes de servicio que son puestos de alta confianza y libre designación (hay una excepción); es decir, no son simples trabajadores, ni contratados que pasaban por allí en ese momento. Eso hace que la Junta de Castilla y León no pueda dar carpetazo sin investigar con rigor, salvo que deseen convertirse en el hazmerreír de la ciudadanía y de las demás comunidades.
Cada día son más los implicados. Desde la oposición socialista se considera impresentable que quienes autorizaban la adjudicación de los huertos solares, plataformas fotovoltaicas o como quieran llamarse, sean los mismos que disfrutan de las concesiones; máxime, cuando se ha demostrado que cientos de ciudadanos telefonean a la Administración en demanda de información y, transcurridos muchos meses, aún están esperando respuesta. Lo sucedido es impresentable.
La lógica y la ética imponen que se llegue hasta el final. La procuradora socialista por León, Inmaculada Larrauri, eficiente y combativa como pocas, ha sido tajante a la hora de exigir a la Junta que cumpla con sus responsabilidades, con el fin de que se elimine la sensación de que la Junta que preside Juan Vicente Herrera Campo se ha convertido en la “Cueva de Alí Babá”.
Por cierto, el presidente de la comunidad sigue de vacaciones; no está ni se le espera. Mientras tanto, su partido, por boca de Ana Mato, critica duramente al presidente Rodríguez Zapatero, por estar de vacaciones pensando que no hay crisis. Una vez más el equipo de Mariano Rajoy se ridiculiza a sí mismo, o al menos se autoridiculizan los miembros del equipo de la derecha que permanecen de guardia en época estival. Como se puede comprobar, en el PP no se desprenden de la crisis ni con agua fuerte.
Suspenso para Herrera Campo y suspenso para Rodríguez Zapatero, aunque haya dejado las vacaciones para hacerse la foto. Cuando se es presidente de un gobierno, aunque sea un simple gobierno autonómico, hay que estar al frente de los problemas y de las soluciones. Parece que no aprendemos y, cuando lo hacemos, es tarde.
Sea como fuere, lo que sí es cierto es que los secretarios y jefes de servicio implicados en la trama, entre ellos un ex consejero de Juan José Lucas, se han visto beneficiados por una floreciente actividad empresarial en el sector de la energía solar. Y no es suficiente con la dimisión propia o el cese propuesto; hay que ir más lejos, caiga quien caiga. Si la trama llegara hasta el propio presidente de la comunidad autónoma, pues hasta él debe llegar la investigación. Con la crisis, muchos otros trabajadores también se han quedado en el paro con bastante menos motivo. Y no pasa nada.