Zapatero ayer volvió a dar otro golpe de efecto al anunciar por sorpresa ante el Congreso de los Diputados un paquete de medidas, tales como una rebaja fiscal para las pymes, la regulación de las agencias privadas de colocación, la eliminación del subsidio de 426 euros para parados sin prestación o la privatización del 49% de AENA y del 30% de Loterías del Estado. Medidas que son aisladas e insuficientes y van en la dirección correcta que habían sido pedidas con insistencia por la oposición y los sectores económicos pero que llegan con un retraso de tres años.
El anuncio de ayer pilló con el pie cambiado a sus colaboradores económicos como Campa, Salgado y Alonso que solo veinticuatro horas justificaban con los más variados e insostenibles pretextos la pasividad del Gobierno. Solo había que ver las caras de sus ministros cuando se enteraban por primera vez de las intenciones de su presidente. También pilló de sorpresa a Rajoy que no tuvo reflejos ni para darse cuenta que el presidente había anunciado la eliminación del subsidio a los parados de larga duración con las consecuencias sociales que ello va a traer.
Lo que hace falta es un verdadero plan económico que contenga todas las reformas estructurales imprescindibles para que estas medidas puedan dar un verdadero resultado. Dicho plan debería incluir también un programa de privatizaciones mucho más ambicioso, especialmente la de las Cajas de Ahorro, así como una auténtica liberalización del mercado laboral y energético. Eso, por no hablar de una no menos urgente reforma de nuestro insostenible sistema de pensiones.
Y lo más importante, embridar tanto las funciones como el descontrol económico de las 17 autonomías que están convirtiendo este país en una Torre de Babel ingobernable. El recorte que requieren nuestras descontroladas administraciones públicas para volver a generar confianza y sentar las bases de la recuperación exige algo más que una tijera de uñas, pues al fin y al cabo deja intacto el grueso de reformas y recortes que son necesarios para que España salga del hoyo. Ayer subió la bolsa y bajó la prima de riesgo que algún analfabeto puede achacar a las medidas que anunció Zapatero.
Que nadie se engañe, todo esto ocurrió a causa de que el Banco Central Europeo ha decidido comprar de manera masiva las emisiones de las deudas de todos los países tocados por la crisis. Zapatero no tuvo nada que ver.
Mi impresión es que alguien desde la Comunidad Europea, Estados Unidos o el FMI han debido darle a Zapatero un nuevo ultimátum ante una intervención inminente. Él anotó a toda prisa en un papelito y las soltó sin existir ni debate con sus ministros ni un plan ni meditar, sus consecuencias. Es la imagen del boxeador sonado a punto de caerse en la lona, dando manotazos a diestro y siniestro, simplemente para mantener unos días más esta ficción de gobierno.