Por Xavier Carrió.- En estos presupuestos el Ejecutivo pretende eliminar 29 empresas del Estado de aquí a final de año. La cifra total de sociedades mercantiles asciende a día de hoy a 210. Este dato es prácticamente el doble de las empresas públicas reconocidas por el Gobierno el pasado viernes. Según la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, sólo había 106 compañías públicas, pero los datos no cuadran (seguro que ni ella misma lo sabe).
Pero el verdadero cáncer son los miles de empresas autonómicas o municipales montadas fuera del control presupuestario dedicadas con funciones que podrían cubrir los propios funcionarios que están muchas veces mano sobre mano, eso sí cobrando a fin de mes. Solo en Andalucía existen mas de 400 empresas públicas. Un caso representativo podría ser la de TVE, que encarga casi toda su producción a productoras, teniendo en su nómina medios suficientes y profesionales de gran valía. Esto se reproduce en las tropecientas televisiones autonómicas y municipales.
(…) Un estudio de UPyD nos compara con países de nuestro entorno como Alemania, Reino Unido, Francia, Bélgica o incluso Grecia han acometido profundas reformas en su estructura municipal de cara a reducir el número de ayuntamientos. Algunos, de hecho, han logrado reducciones radicales: en Gran Bretaña se pasó de unas 1.500 corporaciones locales a 400; en Alemania de 25.000 a 8.400; en Bélgica de 2.359 a 596; o en Grecia de 5.300 a poco más de 1.000. Si se aplicaran estos criterios se podrían ahorrar más de 16.142 millones de euros al año.
La agrupación municipal permitiría ahorrar gastos municipales por varios frentes: estructuras más eficientes, disminución de cargos (y por tanto de dietas, coches oficiales y gastos varios) y de niveles en la administración, reducción del número de empresas públicas y fundaciones e incluso quedarían libres muchos edificios que se podrían vender…
Además, tal y como señalan los autores del informe, otro efecto que podría tener esta política es reducir la corrupción, que en no pocas ocasiones se ampara en la proximidad y los círculos próximos (familiares y amistades) y que, además, sería más fácil de controlar al reducir el número de entidades cuyas cuentas y actos legales supervisar en entidades como el Tribunal de Cuentas. Bien, ésta puede ser una propuesta, pero hay bastantes más… Sigo con mi pregunta…. ¿por donde empezamos a recortar?