Reyes Maroto celebrando la erupción que fomentará el turismo canario mientras edificios, animales, tierras de labor y enseres quedan sepultados bajo la lava y las cenizas.
Estamos en un país donde parecen abundar los burdéganos, acémilas, alelados, estólidos y estultos. Lo preocupante es que están en los aledaños del poder u ocupando puestos en el Gobierno del «doctor» y tienen el BOE para dictar normas y cometer atrocidades. En esta ocasión me estoy refiriendo a la ministra receptora de la navaja durante la campaña electoral madrileña que, dicho sea de paso, nada se ha vuelto a hablar de quién preparó todo aquello y con qué satánica intención. Sospechas aparte, doy fe de que en un país normal esta «eminencia» estaría cesada sin más explicaciones. ¡Ay, Reyes! ¡Reyes Maroto! ¡Te has lucido con el «turismo de volcanes»!
Nuestra ministra de Industria, Comercio y Turismo aboga por el «espectáculo maravilloso» del volcán de La Palma y por potenciarlo desde el punto de vista turístico. Mi coterránea medinense, titular de Turismo en España, lo ve como reclamo turístico sin parangón y se atreve a compararlo con el ya asentado turismo de volcanes de Islandia. Me gustaría saber qué opinan al respecto la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, y Pedro Quevedo, de Nueva Canaria: una ministra socialista celebrando la erupción para fomentar el turismo canario mientras ciento noventa edificios, animales, tierras de labor y enseres quedan sepultados bajo la lava y las cenizas. Sigue leyendo