Comparar a la mujer española con la mujer afgana es como compararla a ella con una mujer. Doy fe
Irene Montero, ministra de IGUAL DA. Todo un desprestigio en la política española, donde nunca debió ejercer ni ridiculizar su propia degeneración. Le hizo famosa su “Sola y borracha quiero llegar a casa”, única aportación en su inservible ministerio.
Jesús Salamanca Alonso (Jesaal) – La UIMP (Universidad Internacional Menéndez Pelayo) ha recibido la estocada final. No da para más. Pero lo más triste es que ha sido una analfabeta quien la ha finiquitado con una afirmación, irreal, injusta, mentirosa y sorprendente. El hecho de que ella haya podido vivir en un ambiente de represión, maltrato y degeneración, no significa que las demás mujeres españolas hayan tenido esa misma experiencia.
Soy nieto, hijo, padre, marido, hermano y abuelo. Jamás me ha rodeado un ambiente represivo, violento y fascistoide como parece haber vivido ella. Nunca las mujeres de mi entorno han sufrido maltrato, ni vejación, ni desprecio, ni desigualdad. Irene está enferma y su destino debe ser un frenopático urgente; sólo así se puede afirmar lo que afirma. Debería pensar lo que dice antes de seguir haciendo el ridículo, bien es verdad que no hay peor maltrato que ser abandonada por el marido que, en apenas unos meses, desprecia a su media naranja. La forma de pensar tan rara y despreciable hace de ella un ser no apto para la convivencia ni para la educación.
Si ella ha sufrido malos tratos, no quiere decir que todas las mujeres españolas los sufran. Esta muchacha es un desprestigio para el país, para las instituciones, para su propio partido y para su entorno.
Comparar a la mujer española con la mujer afgana es como compararla a ella con una mujer. Doy fe.
