“Ante esta complejísima y gravísima situación que ningún país europeo soporta, y que a buen seguro no estaría dispuesto a soportar, es necesario afrontarla con todas las consecuencias, suscitando una amplia concertación en la sociedad”.
Por Pablo Gasco de la Rocha / EL CORREO DE ESPAÑA / Señor, si bien sabemos que es imposible pensar en el más allá, siempre determinado por las circunstancias, es de todo punto evidente que las señales no auguran nada bueno. La deriva a la que este Gobierno conduce a España, no a otro sitio que al suicido como nación, y nación civilizada, exige tomar medidas, y de modo urgente. Urgente, Señor, porque una cosa es mantenerse y otra muy distinta estar.
Señor, no hablamos de problemas coyunturales devenidos, o que hayan surgido, ni de la situación ciertamente complicada que está causando la pandemia del Covid-19. No, no hablemos de eso. Nos referimos a problemas estructurales de gravísimo calado (quiebra de la unidad de España, invasión migratoria, clima de enfrentamiento ideológico) que vienen arrastrándose desde el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, y que hoy, como ofensivas de confrontación toman cuerpo y son alentados por el propio Gobierno de España, apoyado por rufianes y terroristas.