“La protesta de la sociedad civil no ha hecho más que empezar, y aún así ya hemos conseguido que nuestra voz traspase las paredes del Congreso”.
La ofensiva del Gobierno de Sánchez e Iglesias para usurpar el derecho de los padres a la educación de los hijos ya ha comenzado.
La Ley Celaá sobrevivió ayer a duras penas (con solo un voto por encima de la mayoría absoluta) a su votación en el Congreso de los Diputados, pero la batalla no ha terminado…aún queda la tramitación en el Senado y si somos capaces de convertir la movilización en un clamor, podremos frenarla.
Esta ley persigue un objetivo último tremendamente inquietante: que el Estado posea el control absoluto de la conciencia de los niños desde su más tierna infancia para programar a generaciones enteras en la doctrina social-comunista, y así perpetuarse en el poder.