La profesora que mantiene el suspenso para la hija de Villarrubia, confiesa que tanto el abogado como el propio director del centro ejercieron sobre ella una “coacción evidente” para que cambiara su criterio.
ÚltimoCero / María Rosario Fátima Zamora Pérez lleva 36 años dando clases de matemáticas, una asignatura que le apasiona. No en vano es doctora en didáctica de la matemática y está implicada en la Sociedad de Profesores de Educación Matemática Miguel de Guzmán. Desde el curso 2010-2011 imparte Matemáticas en el IES Jorge Manrique de Palencia. Nunca había visto nada igual. Nunca antes se sintió tan ninguneada por la administración y cuestionada por el padre de uno de sus alumnos. En esta entrevista cuenta cómo está viviendo este proceso.
¿Qué ha ocurrido con esta alumna? La delegación territorial de la Junta la ha aprobado por un recurso de alzada cuando ha tenido un 1,75 en el examen de septiembre. Había suspendido en junio y todos los exámenes del curso. Y el departamento ha ratificado la nota de un 2. La Dirección Provincial, también. Y el Padre, Julio Villarrubia, presenta un recurso de alzada. Al final el resultado es que le han puesto un aprobado con un 5,65.
¿Ha vuelto a hacer algún examen de matemáticas? No, no. Se han basado en el historial del curso.
Esto es vergonzoso. El delegado de la Junta aduce que unos técnicos en educación decidieron transformar un 2 en un 5,6. ¿Pero este hombre es tonto o se lo hace? ¿Qué mejores técnicos educativos que los 9 miembros del departamento de Matemáticas del instituto Jorge Manrique, quienes habían confirmado por unanimidad el dos con el que calificó a la alumna la profesora Fátima Zamora en el examen de septiembre? Por otro lado, el director del centro, Jesús Coria, a quien todo el mundo teme pero no respeta, parece que ha faltado a la deontología profesional y se ha dedicado a zaherir y acosar a la profesora, en connivencia con ese adalid de la justicia llamado Julio Villarrubia, padre de la alumna. Villarrubia ha sobrepasado las lindes de la decencia y tendrá que dar explicaciones convincentes (algo del todo imposible), pedir disculpas públicas y abandonar definitivamente la política, so pena de ser el hazmerreír de la sociedad palentina.