¡Lo menos importante es la educación!

A veces las condiciones de trabajo son tan nefastas que “hasta gente como Pablo Iglesias acaba dando clase en la universidad”

Los recortes de plantillas son un mal ejemplo de la administración educativa y, muchas veces, una mala planificación.

Por Jesús Salamanca Alonso / De los muchos procesos educativos a lo largo del curso, la negociación de plantillas es clave de cara al curso siguiente. La administración suele poner muchas trabas y múltiples datos falseados, con el fin de que los sindicatos docentes encuentren el camino lleno de dificultades varias. Esta reflexión se hace hoy y podría haberse hecho hace años; sucedía con el PSOE y sucede con el Partido Popular: las dos derechas confundidas.

La administración educativa suele fijar unos criterios cuadriculados y sin acuerdo con nadie. De esos criterios se parte para contabilizar las horas que debe tener cualquier centro para crear o suprimir o amortizar alguna plaza. Las trampas a las que aludíamos suelen dificultar considerablemente la creación de plazas, pero sí facilitan las supresiones. Se siguen utilizando criterios economicistas puros y duros; lo menos importante en Castilla y León es la educación. ¡Así nos cubre el pelo! A veces las condiciones de trabajo son tan nefastas que “hasta gente como Pablo Iglesias acaba dando clase en la universidad”, como decía el pasado jueves un director general de la Junta de Castilla y León.
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