Una vez soñé que las procesiones se hacían en un procesiódromo. Y que ese procesiódromo servía también como manifestódromo para los sindicatos y otras organizaciones con ganas de dar guerra.
Hoy lo deseo con todas mis fuerzas. Valladolid es un caos por las procesiones. No hay derecho a que se perjudique la vida de una ciudad para que se aproveche una minoría. En el siglo XXI no tiene sentido hacer procesiones por el centro de las ciudades. Por cierto: no he podido llegar al Hospital para atender a un familiar. Ese es uno de los perjuicios que ocasionan las procesiones y el caos que se genera en las poblaciones afectadas. ¿Entienden ahora por qué quiero un procesiódromo fuera de la ciudad?