Elena Valenciano, prototipo de política socialista de cuota y sin recorrido, considera ético y normal que la Fundación del PSOE dé trabajos a familiares y cercanos a la ideología porque tiene capacidad para elegir, pero se ofende cuando un empresario oferta puestos de trabajo y los anuncia diciendo: «abstenerse fumadores, socialistas y sindicalistas». Esta señora — o señorita, vaya usted a saber– cree saber más que los ratones coloraos o rojos. Mire, señora de Dios o de quien sea: ¿los socialistas pueden elegir y los demás no? Lo que procede es meter mano judicial a la empresa de su hermanísima y, de paso, a Luisito Bárcenas, Sanchís, Correa, Chávez, Filesa, malesa, Time Sport, caso BOE, fondos reservados, caso Faisán,…
A ver, a ver, Elenita: no pretenda dar lecciones de moralidad a la ciudadanía porque ni el PSOE ni el sindicalismo vertical unificado ni usted están para esos trotes de dignidad.