Acaba de llegar a mis manos un boletín mensual de un sindicato del sector dedicado a la enseñanza. Los datos que en él aparecen son muy provechosos pero la “Octavilla mensual”, como la llama el propio sindicato, no recoge datos relativos a la educación de personas adultas. Créanme que eso no es una sorpresa. Suelen hacer todos lo mismo.
Lo dicho no es novedoso sino que lo hacen todos los sindicatos: da lo mismo que sean sindicatos docentes que el “sindicato vertical unificado” formado por la suma de FETE-UGT + CC.OO. Concretamente en la “octavilla” de referencia se dan datos de escolarización, dotación del profesorado en centros, previsión comparativa de alumnado, etc. En ningún momento hacen referencia a la educación de personas adultas, ni siquiera para disculparse por no citarlos. Y no los citan por varios motivos:
1.- Las Direcciones Provinciales suelen olvidarse de la EPA y de la ESPAD. Hasta tal punto suelen meter la pata hasta dentro que, cada vez que algún departamento intenta entender esta variante del sistema educativo, desorganizan cuanto está perfectamente organizado. No suele haber ningún especialista en la Administración educativa que conozca en profundidad el tema y, por tanto, no hay nadie que adopte decisiones responsables cuando es preciso. Recordamos que, por cantar esta verdad y recordárselo a la propia Administración provincial y regional, algún profesor ha sido apercibido en la circunscripción que se conoce como “Finca de Juanvi”.
2.- La educación de personas adultas no suele recibir atenciones igualitarias con otros niveles del sistema educativo. Tan solo en época electoral se acuerdan de los adultos. Y lo hacen porque son votos para la saca. ¿Ven la hipocresía que tantas veces he denunciado!
3.- Los medios por los que recaba los datos de adultos la propia Administración están obsoletos, son provisionales y, por tanto, parten de una base falsa a la hora de hacer estudios puntuales: investigaciones, doctorados, cuadros de datos,… No se los creen ni quienes los aportan. Doy fe.
4.- Las propias organizaciones sindicales desconocen la realidad de los centros de educación de adultos. De ahí que consideren al profesorado de esta variante “como profesores de segunda división”, a los que ni siquiera visitan en los centros. Solo se acuerdan de ellos cuando llegan las elecciones sindicales.
5.- En los centros de adultos se junta gran parte del fracaso escolar que nació en los IES. Un elevado porcentaje de alumnado ni siquiera obtuvo el graduado en secundaria y fue ‘expulsado’ del propio sistema. Esas grandes carencias llegan a: deletrear con 25 años; no saber sumar en muchos casos; no saber dividir ni siquiera por una cifra, incapacidad para resolver problemas propios de niños de cuarto de primaria…. ¿Sabían, queridos lectores fieles, que los más torpes de la Administración educativa piensan que la educación de adultos puede resolver situaciones límite como las que he enumerado antes?
Es cierto que el profesorado de adultos resuelve un sinfín de situaciones que llevaron a ‘enquistar’ en muchos alumnos y alumnas la adquisición de las competencias básicas correspondientes, pero de ahí a hacer milagros hay un trecho. Está suficientemente demostrado que en los centros de EPA se resuelven miles de problemas que pudieron haberse solucionado en los niveles anteriores del sistema, si no hubiera existido dejadez, pero para los milagros necesitamos tiempo.
Para finalizar, voy a indicar una reflexión que hace un sindicato docente de Valladolid. Esa reflexión es cierta y doy fe de ella: “(…) no hay dinero para dotación de recursos humanos, pero sí para programas estrella como es la puesta en marcha del “Bachillerato de Excelencia/Investigación”. Me refiero al programa “Bachibac” y al “Programa de Mejora del Éxito Educativo” en todas sus modalidades, y en alguna más que la Consejería de Educación tiene en mente, como es el “Programa de Éxito Escolar en 1º de Bachillerato”, algo que (el sindicato que lo cuenta) lo rechaza rotundamente”. También lo rechaza el profesorado porque la Consejería de Educación trabaja mucho para la galería.
