Herrera Campo, mi presidente, está muy mal informado y peor asesorado.

De nuevo me propongo seguir desmontando, con educación y cortesía, el discurso revenido y enmohecido que mi presidente, Herrera Campo, expuso en la V Conferencia de Presidentes autonómicos.

Para empezar quiero dejar claro que el actual modelo territorial no es garantía de bienestar, aunque así lo crea el titular de la Junta de Castilla y León. Antes de hacer afirmaciones grandilocuentes debe hacer realidad su compromiso por alcanzar el objetivo del déficit, cosa que hasta ahora se pasaba por donde no debe. Y además está obligado su Gobierno a esa estabilidad presupuestaria de la que tanto habla, para poder mantener los servicios públicos prioritarios. Hasta ahora, mi presidente está bastante mal asesorado y peor dirigido: está equivocado, sobre todo si piensa que lo que no le mata, le hace más fuerte.

Hay dos puntos que son claves para Castilla y León: me refiero a la reforma de la Ley de Haciendas Locales y a la revisión del modelo de financiación. Las circunstancias que se dan en Castilla y León hacen complicado que otras comunidades acepten esos mismos criterios porque también difieren en los servicios y en la cantidad de ellos. En mi comunidad existen tres variables difíciles de igualar en otras regiones, como es el caso de la dispersión, la extensión territorial y el abrumador envejecimiento de la población; las tres al ir unidad hacen muy costosa la prestación de servicios de todo tipo.

A todo eso hay que añadir el abundante nivel de emigración hacia otras comunidades con posibilidades de empleo y superación: Castilla y León es una comunidad que se muere a pasos agigantados y a ello ha contribuido la mala gestión de los políticos de los gobiernos de Aznar, Juan José Lucas y Herrera Campo, mi presidente. En estos momentos es la comunidad que más empleos pierde y la que menos emplea crea: al ser una comunidad que paga tarde, mal y con regateo, muchas empresas se ven obligadas a cerrar y a despedir trabajadores. Ahí están los datos: la Junta de Castilla y León es la ‘empresa’ que más paro genera.

 Antes que nada Castilla y León debe alcanzar una estabilidad presupuestaria que ahora no tiene; es más, no tiene que esperar más tiempo para pedir un rescate económico de un par de miles de millones de euros al Fondo de Liquidez Autonómica, antes de que la deficiente gestión de la Consejería de Hacienda salga a la luz y se enciendan todas las alarmas. Varias comunidades ya han dado el paso al frente: Madrid, Cataluña, Murcia, Valencia, Castilla La Mancha,… Han sido valientes porque saben que han gastado mucho, muy mal y a destiempo.

La comunidad de Castilla y León no necesita aplicar la técnica del avestruz, porque antes o después se le va a ver unas posaderas poco visibles y mucho menos admirables. ¡Pida usted el rescate, Juan Vicente, y dé un paso al frente! Hace tiempo que la comunidad se le fue de las manos, como dicen las organizaciones empresariales. No puede hacernos perder más tiempo. La ciudadanía cree menos en usted cada día que pasa. Doy fe.

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