Una vez pasado el efecto de alivio que tuvimos todos con el anuncio de Zapatero de no quierer presentarse para Presidente de la Nación, asoma un panorama político bastante desolador. Porque él no piensa marcharse ni convocar elecciones anticipadas y así no se va a arreglar nada. Se presentan doce meses francamente complicados, toda vez que pretende seguir sin convocar elecciones hasta marzo de 2012.Si con el paro y la economía no fueran bastantes los problemas para los españoles, Rodríguez Zapatero con su anuncio nos ha transferido otro que no es pequeño y que nos afecta a todos los españoles que nos perjudicará durante el tiempo que necesitará el líder que surja para hacerse con el partido, por lo que a partir de ahora las noticias no serán las del paro o la guerra de Libia sino los problemas de liderazgo en el PSOE. Pero Zapatero piensa seguir ahí durante el año que falta sin ninguna autoridad ni responsabilidad hasta marzo de 2012. Es lo peor que nos pudiera ocurrir.
Según dice González Pons los españoles vamos a estar gobernados el año que queda hasta las elecciones por un pato cojo que ya no tendrá ninguna autoridad ante sus compañeros de partido, con unos cuantos pollos sin cabeza según Javier Arenas que han estado a su lado hasta ahora con su política suicida y que son los que pretendan heredarlo. Si el viernes teníamos un presidente ahora por lo menos ya tenemos tres (Zapatero Rubalcaba y Chacón). Ellos, mientras, se van a despedazar por estas plazas de España, para llegar a ser el jefe de la oposición mientras nadie va asumir la responsabilidad de gobernar la nave zozobrante de este país.
¿Y Rajoy? Hasta hoy no ha dicho ni pio y hasta ahora no ha hecho nada para ganar las elecciones. Solo sigue a la espera del descalabro del enemigo. Ni una palabra sobre el aborto, ni la reforma electoral, la reforma educativa, ni sobre la reforma laboral, ni sobre el Plan Hidrológico, ni de tantos y tantos problemas que va a dejarle el circunflejo encima la mesa. Los dos están sedientos de poder hasta el punto de olvidar por completo que la legitimidad de origen de ese poder, procede de encontrarse subyugado a los intereses de todos los españoles, no a los suyos particulares. Tenemos a uno que no quiere dejar de gobernar todavía y el otro que aún no desea hacerlo.
Y, mientras todos realizan sus cálculos electorales, el desafío nacionalista, la mascarada etarra o la crisis económica continuarán engordando. Tenemos por ahí a Artur Mas amenazando con su referéndum independentista si no suelta más dinero; los vascos con ETA metida hasta las cejas en sus listas electorales y las cajas y bancos pidiendo más y más dinero para no enseñar sus vergüenzas ni empezar a encarcelar a sus consejeros que nos han llevado a todos a la ruina…
Para salir corriendo.
