Que los sindicatos UGT y CCOO no hacen el más mínimo caso a los 5 millones de parados era cosa sabida y vergonzante, pero que estos sindicatos estén haciendo negocio con cada uno de los parados que entra en el pozo de la indigencia, y cuantos más entran mejor, es algo francamente escandaloso.
En Andalucía y otros puntos de España, reciben de un 0’5% al 1% del dinero correspondiente a las indemnizaciones a los trabajadores de empresas incursas en los expedientes de Regulación de Empleo (ERE) por el concepto de facilitar a los brockers los datos necesarios para realizar los cálculos por las indemnizaciones de despido. Se habrían llevado entre 3.5 y 7 millones de Euros cada uno de ellos por este concepto. El dinero que se paga a los sindicatos se justifica como honorarios por asesoramiento pero en realidad es otra vía encubierta de financiación a estos sindicatos y una manera de resarcirse por los gastos para asistir a reuniones y fletar autobuses para manifestaciones. Solamente por el ERE de la empresa Delphi de Puerto Real, los sindicatos UGT y CCOO van a cobrar entre 1.200.000 y 1.300.000 Euros cada uno. En este caso la Junta de Andalucía se comprometió a atraer empresas para absorber a los trabajadores afectados por el cierre y a buscar una salida a los que por su edad, tenían más difícil la reinserción laboral. Casi cuatro años después, aún queda un tercio de la plantilla pendiente de recolocación.
Lo que es evidente que a pesar de las grandes cantidades con las que se mueven estos sindicatos (que hay que sumar a las subvenciones millonarias directas recibidas del Estado, Autonomías, Diputaciones y Ayuntamientos por toda clase de conceptos) no han sido capaces de montar algún servicio para aquellos trabajadores que no han conseguido trabajar de nuevo y en este momento ya han agotado las prestaciones del paro. Por ejemplo comedores gratuitos para ellos, de los que Cáritas se ve totalmente desbordada en la actualidad por la gran cantidad de personas que acuden a estos servicios.
