La educación no está de moda.

De esta ‘tropa’  de la Junta de Castilla y León no se podía esperar otra cosa. No se conforman con haber bajado el sueldo a los trabajadores públicos sino que en 2011 van a seguir metiendo la mano en el bolsillo de dichos trabajadores. Eso quiere decir que la ciudadanía no debe quedarse parada. Me explico: en 2011, allá por el mes de mayo, hay elecciones autonómicas y es el momento de dar ‘un guantazo’  a Herrera Campo; pero hay que hacerlo en las urnas, para intentar que se haga limpieza en las diferentes consejerías y se empiece a trabajar con seriedad y rigor.

Mientras la Junta de mi Comunidad baja el sueldo a sus trabajadores, sigue derrochando dinero en planes impuestos a los centros educativos. Como decía un sindicato docente: «en vez de permitir a los centros organizar desdobles y apoyos en horario matinal, la  Administración obliga a los profesores a realizar actividades de repaso por las tardes, introduciendo así de forma descarada el Plan de Éxito a toda costa».  Está claro que la educación no está de moda, salvo en época electoral.

Con ello institucionaliza también las horas pagadas de forma extraordinaria, como en su día hizo el entonces Ministerio de Educación y Ciencia  con el programa de inglés a distancia. Mientras tanto…. miles de ciudadanos buscan empleo en Castilla y León y más miles lo harán si la Junta actual sigue despreciando a la ciudadanía y a las posibilidades de creación de empleo como lo ha hecho hasta ahora. Una de dos: o la ciudadanía borra del Gobierno regional a los actuales ‘gobernantes’ o ellos se encargan de borrarnos a los ciudadanos. No hay duda que son un peligro público para la juventud sin trabajo, para la juventud universitaria y para los mayores que ven cómo merman sus perspectivas y atenciones.

Desde hace tiempo se está pidiendo a gritos que se revise el Plan de bilingüismo impuesto en la Comunidad de Castilla y León, porque es de sobra conocido que están en desacuerdo con él los padres, los sindicatos y los profesores. Actualmente es un modelo en desuso y hay que actualizarlo o reconvertirlo con urgencia. De ello no parece darse cuenta la Consejería de Educación, pero lo peor de todo es que desde la propia Consejería se está elaborando una orden por la que se podrá obligar «de oficio» a los centros a implantar el modelo bilingüe.

Como de costumbre, tras esa exigencia está el Partido Popular y su falta de programa educativo. Recordemos que, cuando llegó al poder en 1996, se empeñó en cambiar el sistema educativo y tardó cinco años en  ‘parir un ratoncito’, la LOCE. Aquella Ley Orgánica de Calidad de la Educación no era más que una mala copia de la tan denostada LOGSE; en muchos casos copiaba textualmente el contenido, aunque a lo largo de la desafortunada redacción aparecían con frecuencia vocablos como esfuerzo, sacrificio, trabajo, deberes,… Pensaban que con indicarlo era suficiente. ¿Qué es lo que pasó? Pues que cuando el PSOE llegó al poder echó a la papelera aquella vulgar LOCE. Transcurridos unos meses de la aprobación de la LOCE pudimos demostrar cómo el Título III de la LOGSE se transplantó literalmente a la LOCE, en un acto de vagancia, indefinición y ausencia de perspectivas educativas, no sin que miraran al tendido muchos de los responsables educativos de Castilla y León de aquel momento.

La última y llamativa de la Junta de Castilla y León es que, se le llena la boca al admitir que el profesorado es el principal pilar del sistema educativo, pero en el borrador de la ley de presupuestos para 2011, planea rebajar a sus trabajadores aún más las pagas extraordinarias. No se han conformado con la ‘pedrada’ que ya supone el recorte sufrido en 2010; una prueba más de ese desprecio que el Partido Popular comete una y otra vez contra los trabajadores. Sin duda, con esos atropellos podrá pagar los planes que impone a los centros.

No tardando la Consejería de Educación ‘caerá del burro’ y se verá obligada a revisar el modelo de bilingüismo para todos los centros con doble vía curricular y el reconocimiento para el profesorado que imparta docencia en secciones lingüísticas. Pero no solo tiene la Consejería pendiente esa asignatura; aún debe catalogar los puestos de difícil desempeño; sigue sin elaborar y definir la red de centros de EPA; el acuerdo marco de plantillas se ha quedado obsoleto; se ha olvidado de la revisión de retribuciones y su homologación a nivel nacional; tampoco ha desarrollado la ley de adultos de la comunidad, dando a los centros específicos el tratamiento confuso de la normativa destinada a los centros ordinarios; se siguen despreciando con absoluta irresponsabilidad las resoluciones del Procurador del Común en otro claro acto de desprecio a una figura que la propia Junta ha creado. Y podríamos citar muchas otras cuestiones pendientes, pero será en otra ocasión. 

Hasta entonces, ya verán ustedes como  no faltarán aduladores a Herrera Campo haciéndole ver que Castilla y León es un conglomerado de bondades predicables y una comunidad donde no hay problemas ni necesidades. No hay más que esperar. 

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