ETA nada contra corriente.

No vemos luz en  el final del túnel del terrorismo, a pesar del anuncio de Chuchi Eguiguren. Y mucho menos en Navidad. ETA está acorralada en este momento y si el tándem que forman Pachi López y Antonio Basagoiti no se rompe, no tardará en verse más acorralada aún la banda asesina. Lo decimos desde el conocimiento, la investigación y la permanente consulta. ETA aún no está madura para dejar las armas, rendirse y someterse a la Justicia española y francesa, así como no está madura para cumplir íntegramente las penas.

Podemos estar ante un nuevo proceso que conduzca a otra tregua-trampa. ETA lo ha hecho una y otra vez, y no dudará en hacerlo cuantas veces lo precise. En estos momento, precisamente, requiere un compás de tranquilidad y pretende que sea cada vez mayor, a medida que se acerca el proceso electoral vasco. A la banda le urgen también su propia reconstrucción, después de haber tenido que soportar la contundente actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, sobre todo en los últimos meses. Justo es reconocerlo, como justo es comprobar que esos cuerpos y fuerzas de seguridad requerían con urgencia un lavado de cara tras la traición de algunos de sus miembros y la colaboración de otros en el «caso Faisán».

Y si la tranquilidad pretenden querer imponer dentro de la banda para poder presentar a las elecciones vascas a diversas listas de ‘cachorrillos’ y, a la vez, generar ingresos en las arcas de la banda, también es cierto que precisan de una reconstrucción y del encuentro de un nuevo liderazgo. Si a ello unimos la presión que Brian Currin y otros negociadores a sueldo están llevando a cabo con la izquierda abertzale, no es de extrañar que Eguiguren haga las declaraciones que ha hecho.

Tampoco es de extrañar que el Partido Socialista se desmarque de los mensajes de Chuchi Eguiguren. Un personaje al que no han podido controlar jamás desde dentro del PSOE y a quien le unen demasiadas afinidades con los matones a sueldo de la banda terrorista y asesina. Siempre recordé que Eguiguren no era más que el ‘zorro’ que se había colado en el gallinero socialista. Pero también reconozco que es más que eso: ha amamantado a la ‘serpiente’ durante mucho tiempo, como lo hizo Rodríguez Zapatero cuando más acorralada estaba. Y no olvidemos el colaboracionismo con banda armada que ha estado realizando durante años el Partido Nacionalista Vasco.

Si en algo acierta Eguiguren es en que «el PNV creó un clima de cultivo para que perviviera ETA». También está confirmado que el PNV ‘encargó’ durante años a ETA que mantuviera viva la llama de  la radicalidad. Estamos, por tanto, ante la concreta afirmación de Isabel San Sebastián respecto a que unos (los radicales de ETA y del mundo abertzale) movían el árbol para que los nacionalistas recogieran las nueces.  ¿Cómo las recogían? Las recogían de muchas formas;, pero lo contrarrestaban desde el Gobierno vasco con la financiación de los viajes a familiares de etarras para sus visitas a las cárceles, dentro y fuera del País Vasco, y las constantes subvenciones otorgadas al entorno abertzale y a todo su entramado.

También conocía el PNV la forma de contrarrestar la recogida de esas nueces. ¿Cómo? La respuesta es sencilla: incluyendo, por poner un ejemplo, a la Fundación Gregorio Ordóñez y a otras entidades entre los beneficiarios de esas ayudas, pero con una diferencia: a éstas les otorgaba miserables cantidades, en tanto que el entramado etarra nadaba en la abundancia una y otra vez.

A la vista de cómo trata Eguiguren a los nacionalistas vascos, no es de extrañar que le manifiesten su ‘cariño’ en forma de ataque dialéctico. Chuchi Eguiguren lleva muchos años pisando charcos comprometidos, con y sin consentimiento del partido que preside en el País Vasco. A este ‘zorro’ le trae al fresco lo que se piense de él. Solo un dato más: el miedo que atesora a ETA y al mundo abertzale no se lo  echa al hombro  de un simple brazado. De ello hace tiempo que venimos dando damos fe.

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