El 8 de mayo de 2010 quedará en los anales de la historia de este país como el día que Rodríguez Zapatero vio la luz y dio un giro de 180 grados a su política económica y social, prescindiendo de sus principios a cambio de seguir unos meses más como Presidente del Gobierno Español, dejando a todos sus compañeros de partido colgados del tendedero. Cada vez hay más gente cabreada contra él en su partido. Hasta este día se había dedicado alegremente a predicar sus fantasías y gastar el dinero en proyectos de las minorías estrafalarias a los que llegó a convencer que ellos eran los elegidos para cambiar este mundo. Entonces vendió su alma. Había que reducir el déficit.
Aquel día estuvo a punto de mandar al otro mundo a todo el sistema financiero mundial con su “política económica”, dedicada hasta entonces a un generoso despilfarro de los fondos públicos dedicado fundamentalmente durante sus seis largos años de mandato a contentar a sus colegas y dictadores de su cuerda que alarmó a todas las cancillerías europeas y fue reconvenido por Obama y el primer ministro de China para que dejara de hacer el imbécil económicamente hablando.
Rodríguez es de lo peor en este mundo de la política por donde se mueven toda clase de depredadores, porque ni siquiera tiene los arrestos que tuvieron otros antes que él para imponer sus tesis y sus políticas dando la cara, sino que utiliza siempre subterfugios, engaños, medias verdades y burdas mentiras, retorcida demagogia y descarado propagandismo que, por suerte, han dejado de ser útiles a su causa.
Ahora todos aquellos aduladores que le han estado besando sus pies han empezado a ponerse nerviosos por culpa de unas encuestas que dicen que el PSOE podría tener el mayor descalabro de su historia y aparecen por doquier sonidos discordantes, ayer por parte del presidente de Castilla la Mancha que repentinamente se ha dado cuenta que ha estado muchos años en el barco equivocado y quiere saltar.
Barreda no es el primero. Tomás Gómez se le anticipó y vendrán otros que, callados hasta ahora, han estado apoyando su política equivocada y saldrán ahora pidiendo regeneración y principios en un partido que hace más de 100 años dejó de tenerlos.