Se descompone el sindicalismo obrero. Se enfrentan entre ellos. Los piquetes se vuelven contra sus propios sindicatos. El sindicalismo obrero se muere y precisa de un enterrador urgente. La dimisión de los secretarios generales, ‘terroristas’ de ocasión contra los trabajadores, deben presentar su dimisión y pedir perdón a la población. Sigue leyendo