"Zapatero, miedoso y fariseo con los suyos", según Bibiana Aído.

Se niega a ir a Rodiezmo por miedo a dar la cara ante los mineros de su camarilla y ante lo sindicatos de la ‘izmierda’ prostituida. Estamos ante un cobarde. Estamos ante un sinvergüenza. Estamos ante un indiscutible personaje fariseo con todas las letras y en mayúsculas. Estamos, pues, ante un cornudo en toda su extensión y en toda su amplitud. Nunca un mamarracho leonés había hecho tanto ridículo en tan poco tiempo y en tanta extensión.

Sus propias ministras han acabado ridiculizándole. Y es que, cuando ven peligrar sus propias prebendas, los y las socialistas son capaces de vender o alquilar a su madre o prostituirla si es necesario. La propia Bibiana Aído no ha tenido inconveniente en llamar «fariseo» y «sinvergüenza integral», además de otras lindeces  a Rodríguez Zapatero.

Dentro del socialismo las cañas se han vuelto lanzas y la guerra ha comenzado. Nosotros ya sabíamos que Zapatero era un claro, evidente e indiscutible fariseo en toda su extensión, pero en su partido empiezan a enterarse con varios años de retraso. Decía Emerson que «no ha aprendido las lecciones de la vida quien diariamente no ha vencido algún temor».

Jamás Rodríguez Zapatero será recordado en la Historia para algo positivo y sí para ponerle como ejemplo del daño y de la dejadez ante una crisis de envergadura y extensa en el tiempo. La Historia está obligada a olvidar a semejante esperpento, por eso Séneca debe ser recordado en todo momento, desde que referido a Zapatero podemos decir que «un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que solo le falta abrir la boca para caer en ella».

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