El Gobierno de Rodríguez Zapatero se ha cebado con numerosos colectivos de la sociedad española, sobre todo con la clase trabajadora. Si bien es cierto que la responsabilidad de la actual crisis es del propio Gobierno, por su mala gestión, también es verdad que ésta la ha volcado sobre el colectivo de los trabajadores públicos, lo que no quiere decir que sea solo sobre los funcionarios.
La libre interpretación de lo que es un trabajador público queda a criterio de la Administración, como se ha visto con los trabajadores del Metro madrileño. Por cierto, la Comunidad de Madrid se ha bajado los pantalones, se ha acobardado y tan solo rebajará el sueldo de estos trabajadores en un uno por ciento. Han tenido suerte por depender de una Administración cobarde. Muy distinta suerte han corrido otros trabajadores públicos de todas las comunidades y, especialmente, los funcionarios docentes.