«La vergüenza nacional. La izquierda más cutre hace un acto totalitario y guerracivilista en apoyo de un presunto prevaricador, aunque sea juez. Así es la izquierda española. Pero a los que no se les cae la cara de vergüenza, porque no la tienen, es a los sindicatos verticales y amarillos de España. Un sindicato unificado y bicéfalo que son incapaces de protestarle al Gobierno por las barbaridades que está haciendo y que ya han puesto a cuatro millones y medio de trabajadores en el paro y, sin embrago, atacan a uno de los pilares del Estado como es la Justicia. La gente que estaba en la tribuna era bastante cochambrosa, ideológicamente hablando, pero la que estaba de oyente era bastante impresentable. La llenaban liberados sindicales, políticos menores y jóvenes del siglo pasado, representantes de los que atacan a Rosa Díez. Todo un elenco de representatividad de la cutrería de España». (DIARIO LIBERAL)