No entendemos que Bibiana Aído, titular del Ministerio de “Igual-Da” vuelva a atentar contra la libertad individual de los niños y niñas en edad escolar. Esta señora o señorita parece no admitir que niños y niñas se expresen en libertad. Tiene la caradura de decir que «hay muchas cuestiones que no están resueltas»; pero para ello se basa en que, al preguntar a los niños y niñas de seis y siete años sobre qué van a ser en el futuro, los niños optan por las carreras tradicionales y las niñas se inclinan por las carreras más aceptadas socialmente.
Estamos hablando de niños y niñas de seis y siete años. Aído debería saber que a esas edades no se trata de preparar a todo el hombre o mujer del mañana, sino que de lo que se trata es que se consuma el niño o niña que se es en ese momento, para no tener comportamientos retroactivos e impropios de otra edad.
Algunos ya quieren aleccionar conductas y programar futuros desde los más tiernos brotes de la niñez. ¡Hace falta tener mala fe y peor intención! Sólo desde el sector más miserable de la izquierda se puede actuar así. Estamos de acuerdo en que “hay que romper barreras, pero ¿con qué ariete?”, como decía Rosa Chacel. Una vez más, Bibi Aído y toda su ‘tropa cuarteada’ confunden lo principal con lo accesorio.
Así cubre el pelo a este país. Estamos inmersos en una crisis sin precedentes y en el Gobierno ni siquiera hay ‘puntales’ que sepan afrontarla, pero sí calamitosas presencias. Ahí está el ejemplo de Bibiana Aído y todas sus teorías en temas absurdos, incluso ayudándose de mentiras; recuerden aquel episodio de las “miembras” donde, al ser pillada en renuncio, pretendió engañar a la ciudadanía diciendo que era término aceptado en los países sudamericanos. Para echarse a llorar o correrla a gorrazos.
Tampoco es de recibo que una sus ‘mandadas’, como es la señora o señorita secretaria de políticas sociales de UGT (otro día hablaremos de la mofa de políticas sociales de UGT), afirme que “aún no se ha conseguido la igualdad real entre ambos sexos, siendo prueba de ello la violencia de género”. Volvemos a confundir los términos. ¿Pero por qué esta gente mezcla la violencia con la igualdad? Son simples cegatos y pretenden cegarnos a los demás.
Habría que recordar a esa persona que, con motivo de una selección de personal para impartir clases de FP en un programa laboral del MEC, la representante de UGT pretendió dejar fuera a una mujer por estar embarazada; todo su argumento era que “al estar en cinta tenemos que volver a reunirnos dentro de unas semanas para seleccionar a otra persona”. En aquel momento comprendimos que para el sindicalismo clasista, también era suficiente motivo de discriminación y rechazo el estar embarazada. ¡Joder, qué tropa más barata!
Parece que han mandado a hacer apostolado a los más atolondrados y atolondradas. El Ministerio de “Igual-Da”, el Instituto de la Mujer (burda discriminación contra la igualdad) y el sindicato socialista han salido a predicar su campaña “Educando en igualdad”. Lo mismo les da confundir la coeducación, que hablar de la igualdad que desconocen o de los confusos valores que pretenden. Demasiado ruido y ninguna nuez.
Llegan tarde predicando a los centros docentes. Y además lo hacen con unos cuantos años de retraso. Pretenden que la guía del profesor proponga “la incorporación del principio de igualdad a los reglamentos del centro”. ¡A buenas horas mangas verdes! También pregonan “la presencia equilibrada de hombres y mujeres en los espacios de decisión”, algo ya muy extendido en el ámbito educativo y social.
Lo que nunca entenderemos es el afán de “enseñar la historia del feminismo en Educación para la Ciudadanía”. Con propuestas burdas y horteras como el estudio del feminismo, acabaremos introduciendo lo secundario y eliminando lo importante. ¿De verdad creen que es importante el feminismo a estas alturas? ¡Qué desfachatez y cuánta mediocridad rodea al ‘tonto contemporáneo’.