Laura Seara, acusada de apropiación indebida en Galicia.

Estamos rodeados de ladrones y sinvergüenzas. Si hasta hace unos meses, socialismo era sinónimo de corrupción y robo, ahora también se ha extendido ese concepto al partido de la derecha que llaman cavernaria. En el PP se han forrado alcaldes, diputados, senadores,  procuradores, concejales, consejeros, directores generales y… vaya usted a saber si no aparecen otros cargos o funcionarios de las diferentes Administraciones.

Uno de los casos más llamativos es el de la gallega, Laura Seara, que ha quedado como ladrona oficial en Galicia, además de como estafadora. Y la moza lo ha hecho a las claras. Ahí es nada: no tiene carné de conducir, pero ha cobrado dietas como si hubiera conducido desde su casa hasta su lugar de trabajo. Aunque el ladrón, en este caso la ladrona, piense que todos son de  su misma condición, lo cierto es que solo ella puede ser catalogada como tal. Por cierto, alguien debería poner coto y hacerle devolver los miles de euros que se ha embolsado ilegal e injustamente. Exigimos que se investigue a este personaje o lo hacemos desde el blog.

Llegó a cobrar 31.000 euros por kilometraje, sin tener carné. Actualmente ocupa el cargo de directora general de esa institución (por llamarle de alguna forma) discriminatoria e inservible que es el Instituto sectario de la Mujer. Esta señora o señorita acudía al Parlamento gallego desde Orense en coche oficial. A pesar de que la llevaban, cobraba dietas de kilometraje. ¡Hay que ser bandido y desalmado para actuar así! Bandido y desalmado, pero también mala gente.

Su cargo de portavoz de políticas sociales no lo entendía nadie durante el Gobierno del bipartito gallego. Aquel conjunto de raros políticos que se lo repartía todo y dejó pasar millones de euros sin reclamar en Europa por los incendios. Estaban para llevarse ellos, no para llevar a Galicia. Lo cierto es que dejaron la Xunta de Galicia como un solar y, por si  no era suficiente, muchos quedaron como auténticos ladrones de guante de todos los colores. Posiblemente fue el Gobierno por el que más vergüenza y rubor ha sentido el pueblo gallego.

«La ex diputada, nacida en Allariz en 1975, se desplazaba desde Orense mientras gobernaba la coalición de PSOE y BNG en un automóvil del parque móvil de la Xunta, un Volkswagen Passat conducido por personal a cargo del erario público y adscrito a la Consejería de Medio Ambiente», publicó en su momento Periodista Digital.

Sea como fuere, el caso es que fue llamada por la ínclita «miembra» del Ministerio de «Igual-Da» y renunció a su escaño gallego. Su trayectoria está por investigar y podríamos estar ante otro caso de corrupción, tan habitual entre socialistas y ‘gürtelianos‘. Cualquiera diría que robar está de moda, pero hemos de saber que «las modas son legítimas en las cosas menores, como el vestido. Pero en el pensamiento, en la política y en el arte son abominables», en palabras de Sábato.


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