Hoy tenemos que salir al paso de las declaraciones realizadas en el día de ayer por Ovidio Sánchez para decirle que no vamos a abandonar el Partido Popular, ni lo sueñe ¡Déjese de frivolidades!
Sr. Sánchez: el Partido Popular pertenece a todos cuantos militamos en el mismo y no es coto privado de nadie, ni tan siquiera de usted, por muchos años que lleve anclado en la poltrona. No está legitimado, no tiene fuerza moral para aconsejar a nadie que abandone la militancia, más bien nos atreveríamos a afirmar que quien, por decencia política, debería abandonar el cargo es usted.
Que sepa usted que con el aliento y apoyo que estamos recibiendo, vamos a seguir en primera línea, luchando, con más fuerza aún si cabe, por erradicar de la política asturiana a aquellas personas que hoy no aportan y que son una rémora desde el punto de vista político. Nuestros fines justifican sus miedos… y sus exabruptos son un fiel reflejo.
Si en la empresa privada el objetivo es la maximización de los beneficios, en un Partido Político no es otro que la obtención del mayor número de votos para alcanzar el Gobierno y transformar la sociedad de acuerdo con los principios políticos que lo fundamentan. ¿De qué resultados puede presumir el Sr. Sánchez para dar lecciones a nadie? Nosotros le diríamos que más que aconsejar a los demás a abandonar el Partido Popular, debería ser él mismo quien asumiese su responsabilidad ante los calamitosos resultados en las últimas contiendas electorales. Las victorias, como las derrotas hay que digerirlas y lo mismo que las primeras traen consecuencias positivas, las segundas deben asumirse, reconocer con humildad la incapacidad propia y afrontar sus consecuencias. No pasa nada, es pura higiene política.
¡Señores! desde esta tribuna lo único que se pretende es ganar elecciones, se quiere un Candidato y un equipo ganador, con fuerza, con credibilidad, con un discurso sólido y coherente. ¿Acaso esta no es la máxima de cualquier formación política? Y a nosotros, por pedir precisamente esto ya se nos quiere intimidar y se nos pide que nos vayamos. ¡Pues va a ser que no, Sr. Ovidio! Somos plenamente conscientes que así se solucionarían sus problemas, pero los nuestros quedarían sin resolver. En consecuencia, ante la falta de libertad evidente que aqueja a nuestra formación, al menos en Asturias, seguiremos reivindicando lo mismo.
Sr. Ovidio Sánchez ha perdido tres elecciones autonómicas (1999, 2003 y 2007), no tenga miedo, abramos las ventanas, procedamos a una saludable oxigenación. Reconózcalo, los ciclos pasan y el tiempo “envejece más a quienes no tienen el poder”. Con usted en la presidencia la autocrítica y la reflexión son palabras huecas que ni emplea ni está dispuesto a aplicar.
El PP asturiano tiene un déficit de credibilidad importante y ese no se soluciona con una huida hacia adelante o un esconder la cabeza debajo del ala. Los problemas hay que abordarlos de cara, no vale con marcharse de vacaciones al Caribe o afirmar públicamente que la culpa es del bipartidismo o del bajón de IU. Eso es una solemne estupidez, una majadería. Lo mismo que declarar el 13 de marzo de 2008 que “los resultados no fueron los que esperábamos” y hacer corresponsable del descenso a toda la organización es impropio de un líder y denota una cobardía mayúscula.
Usted tiene una deuda con la militancia y los votantes, todos los últimos debacles electorales han pasado sin haberse realizado un análisis serio del escrutinio y sus consecuencias internas, llegando al punto de irse de vacaciones a la República Dominicana para eludir la convocatoria de los órganos de Partido. Nos debe muchas explicaciones.
Preguntado con ocasión de la derrota electoral de 2007 decía “que ahora no toca” hablar de su futuro político ¿Cuándo tocará hablar del tema? Y nuevamente el PP asturiano después del 9-M elude la autocrítica y dice simplemente que “hacemos la autocrítica de que no estamos satisfechos, no son los resultados que esperábamos. Supongo que hubo aciertos y errores”. Es más atrevido aún al afirmar “que la diferencia entre los buenos resultados obtenidos por los populares en algunas comunidades y el traspié sufrido en Asturias se debe a pérdida de población que padece la región”. Pintoresca y estrafalaria forma de valorar unos resultados electorales.
Valentía, coraje y oxigenación es lo que le pedimos, Sr. Ovidio Sánchez. Déjese de evitar lo inevitable, por más que lo retrase, por más trabas que ponga en el camino o excusas variopintas, no hay marcha atrás, hay que acabar con el desencanto reinante en nuestras bases y recuperar la ilusión.