Lo siento. Estaba de vacaciones, pero tras los atentados de Burgos y Calviá me hierve la sangre y no me puedo callar.
De nuevo en acción la vergüenza que asola España. ETA ha vuelto a matar a miembros de la Guardia Civil; el cuerpo profesional más especializado en combatir el terrorismo. Nos hemos hartado estos últimos años de decir que el terrorismo es una lacra, incluso cuando el Gobierno de Rodríguez decía que no eran actos terroristas, sino accidentes. Han pasado dos años desde que se desengañó el Gobierno, aunque sigue siendo sospechoso, y aún no ha pedido disculpas a quienes combatíamos a ETA desde el riesgo permanente y desde diferentes frentes.
ETA está crecida y es responsabilidad del Gobierno acabar con ella cuanto antes. Y debe hacerlo por la vía del derecho y por la vía judicial. Aquellos que defendían la negociación con ETA, poniendo al Estado de Derecho en igualdad de situación que a la banda, han podido comprobar que la negociación nunca es posible con el terrorismo, porque la ‘serpiente’ se revuelve en cuanto tiene ocasión. ¡Que se lo pregunten a los dos miembros de la Guardia Civil asesinados en Calviá!.
La forma de acabar con ETA pasa por la firmeza de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Aquellos «chicos de la gasolina» a los que aludía Arzallus, hoy son las “bestias salvajes y enloquecidas” a las que hace unas horas se refería Pérez Rubalcaba. Incluso, posiblemente sean aquellos “hombres de paz” a los que se refería el presidente del Gobierno, cuando engañó al pueblo español con la negociación.
En el año 2004, ETA estaba acorralada por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y Rodríguez Zapatero puso los medios para que la banda no desapareciera, ‘amamantando’ a la bestia y buscando un mérito que se ha convertido en una lacra y en su gran pesadilla. ETA es lo que se ve. No había “príncipes de la paz”, ni había buena intención. Rodríguez nos debe una explicación y una petición de perdón.
De poco sirven los manifiestos conjuntos. Como sirven de poco las quejas y lamentos de los políticos, porque es lo que han hecho siempre y ya ven los resultados. El camino más correcto es el acuerdo unánime contra el terrorismo, aunque el PNV esconda la cabeza.
Y por eso, el mejor homenaje que se puede hacer a las víctimas del terrorismo y, particularmente, a los dos guardias recientemente asesinados, es que todos los grupos parlamentarios revocaran el permiso, aún en vigor, del Parlamento al Gobierno para ‘jugar’ a la negociación con los terroristas. Las palabras y las lágrimas de cocodrilo ya no sirven. ¿Sigue pensando en negociar el Gobierno? Si es sincero ¿para qué quiere esa autorización? ¿Cuál es el verdadero sentimiento del Gobierno respecto a ETA, el que manifestaba antes o el manifestado ahora?