Archivo diario: 3 octubre, 2008

Los sindicatos mayoritarios avergüenzan a los trabajadores

No reaccionan pese a que, en el último año, el paro se ha incrementado un 30,14% (DIARIO LIBERAL)

¿Cuándo trabaja esta tropa?

¿Cuándo trabaja esta tropa?

Fernández Sevilla o la ceguera de los franceses de RENAULT

Juan Antonio Fernández Sevilla, todavia presidente de Renault España

Juan Antonio Fernández Sevilla, todavía presidente de Renault España

Cada cual que saque sus propias conclusiones. Nadie duda de que Juan Antonio Fernández Sevilla está tan acabado como Machín y sus maracas. El todavía presidente de Renault en España es fiel reflejo de la ceguera de la Renault francesa. Cada vez cuenta menos en el panorama automovilístico de la multinacional francesa. Y por si eso era poco, resulta que es el contacto en Renault del viceconsejero segundo de la Junta de Castilla y León, Tomás Villanueva. Ahora entendemos la desinformación que maneja don Tomás. De lo que sí pueden estar seguros es de que RENAULT-Valladolid no cerrará. Damos fe. Créannos.

RENAULT sí cree en Valladolid ¿Y la Junta de Castilla y León?

El presidente Zapatero, principal valedor y defensor de Renault-Valladolid

El presidente Zapatero, principal valedor y defensor de Renault-Valladolid

El señor Villanueva no tiene por qué conocer estrategias privadas de Renault y, menos aún, cuando desde Francia se comprueba que su estrategia no está basada en la I+D+i, sino que se limita a culpar al Gobierno central y a pedir a éste que interceda por Renault-Valladolid, lo que demuestra la impotencia y la incompetencia del Ejecutivo regional y el nulo peso de Herrera Campo, Juan Vicente, en el ámbito empresarial de Castilla y León, y menos aún en el de España.

Me comentaba un periodista español, amigo y compañero de tareas comprometidas con ETA y el mundo abertzale, que en Francia y en la Casa Madre de Renault-Francia nadie sabe quién es Tomás Villanueva y tampoco el presidente Herrera Campo. Ante tal afirmación nos pasamos media mañana riendo, sobre todo después de haber escuchado las estupideces alarmistas lanzadas por don Tomás Villanueva, que no Santo Tomás de Villanueva.