La propia Junta de Castilla y León ha sentado las bases para que la ciudadanía sospeche de su reiterada incompetencia. En este momento, en Castilla y León hay una idea clara y es que la corrupción y el tráfico de influencias han inundado al Gobierno regional, a la vez que éste está apoltronado, permitiéndose el lujo de insultar a sus subordinados y a la ciudadanía, como ha hecho la atrevida vicepresidenta primera del Gobierno, Mª Jesús Ruiz.
Un mes va a tardar en dar la cara en las Cortes por el ‘caso Lasarte’ y no lo hará el ínclito Juan Vicente Herrera – acobardado ante las consecuencias que se le avecinan y las miles de peticiones de dimisión en León y en Castilla — sino sus ‘escudos’. Así no se trabaja y menos cuando se tiene una mayoría absoluta obtenida por inercia y sin que el votante — y la ‘votanta’, como diría la vulgar Bibiana Aído — conozca a quienes le representan. Si León y Castilla se despueblan solos, esta gente que actúa de políticos acabará cerrando la puerta y apagando la luz de la comunidad. Camino de ello vamos.
No hay más que mirar a la prensa de León y Castilla y comprobar cómo en las secciones abiertas de los diarios, la ciudadanía pide a gritos un cambio en la comunidad. El Partido Popular se ha apoltronado con vulgaridad, atrevimiento, desprecio y chulería insultante. Acusa al Gobierno Rodríguez de los mismos fallos, desprecios y estupideces que comete él en León y en Castilla.
Recientemente hemos sabido que Castilla y León es la comunidad más envejecida de España. Nada ha hecho el partido de Herrera por evitar llegar hasta aquí. Ni siquiera ha sabido plantear medidas realistas y mucho menos sentar las necesarias infraestructuras para empezar a ‘levantar vuelo’. A Herrera debería caérsele la cara por desidia, no solo por no saber dar un toque de realismo a la comunidad, sino por no haber sabido formar equipos comprometidos con esta tierra. ¿Y es a éste a quien quería imitar Rajoy si llegaba al Gobierno? ¡Que el destino nos coja preparados!
Si bien se suele decir que el colmo de la estupidez es ser obrero y de derechas, el colmo de la insensatez de un gobierno de derechas es rodearse de funcionarios fieles y que esos mismos trabajadores se autoconcedan sustanciosas subvenciones económicas. Pues bien, eso es lo que le ha sucedido al Gobierno Herrera con el ‘caso Lasarte’, donde el presunto tráfico de influencias y la clara corrupción son la ‘mejor’ bandera que puede enarbolar ‘Juanvi’ y su equipo de consejeros. ¡Pobre renta habéis ahorrado, amigos, y peor herencia dejáis!
No han sabido encarrillar el tema de los huertos fotovoltaicos y éste les estallará en la cara la segunda semana de septiembre. Pero una de las cosas más detestables es intentar desviar la trama de las placas fotovoltaicas o huertos solares con otros temas menores. Actúan como Rodríguez Zapatero, con la misma estupidez, semejante ruindad e igual mediocridad. Lanzan un tema para hacer olvidar otro. ¡Pobres sinvergüenzas!
Ahora, en los próximos días, la consejera de Hacienda aventará en las Cortes que el Ejecutivo de Rodríguez debe más de doscientos millones de euros al Gobierno Herrera. Ni es nada nuevo, ni debe servir para distraer la atención del ‘caso Lasarte’, que puede acabar con el presidente Herrera contra las cuerdas o dimitiendo por vergüenza y a tomatazo limpio con sus cercanos.
Alguien debe saber también que la empresa Lagun Air puede acabar cerrando porque la Junta de Castilla y León le debe varios millones de euros y no paga por desidia, tancredismo y mala gestión. ¿Qué les parece, amables lectores? ¿Cuál de los dos gobiernos actúa con más raterismo, imprudencia y mala fe? Tanto nos da que nos da lo mismo.