¡Manda narices con estos chicos del tiro en la nuca! No saben cómo alcanzar protagonismo. Y cuando no tienen argumentos salen a los medios de comunicación con lo que se les ocurre. Mejor dicho, a su medio de comunicación; es decir, a GARA. Si no fuera por este sucesor de EGIN no les harían caso ni en su propia casa. Alguno dirá que más tontos somos quienes escribimos sobre la banda y sus fechorías; pero sucede lo mismo que con la violencia de género: está ahí y, no por silenciarla, va a desaparecer.
Se preguntarán el motivo de que aparezca de nuevo esta pandilla de miserables, indeseables y sinvergüenzas. Pues… ¿Por qué va a ser? ¿Para qué va a ser? Aparecen en busca de protagonismo, al comprobar que nadie les hace caso y que los medios de comunicación se han volcado con las circunstancias postelectorales: Senado, Congreso, portavoces, mesas… La segunda pregunta es bien sencilla de responder: aparece ETA para reivindicar su obra; es decir sus atentados. ¡Qué pandilla de idiotas! Como si no supiéramos que son los autores de los atentados que se han cometido últimamente en España.
Para que no se olvide el proceso de negociación, también lo sacan a la palestra, aprovechando para rechazar el mismo. Lo que no me creo es que intente la banda hacernos comulgar con ruedas de molino. ETA acusa a Rodríguez de seguir el mismo camino de represión que Aznar. Por ahí no cuela nada. Rodríguez ha hecho dejadez de funciones durante tres años y medio; ha resucitado a la ‘serpiente’; ha acariciado a los “hombres de paz”; ha permitido que Patxi López ‘apretara el gatillo’ que ha matado a Carrasco;…
¡Qué vergüenza! Los mismos que portaban el féretro de Isaías Carrasco en primera fila e imagen eran quienes más habían insistido en la negociación, en el encariñamiento con ETA y en las alabanzas a la banda asesina. ¡Pobres analfabetos, catedráticos de la estupidez, inquilinos de la ignorancia y portaestandartes del odio!
En lo único que coincido con las apreciaciones etarras es en la denominación de “terrorismo de Estado” hacia la persona de Pérez Rubalcaba. Nunca entenderé su silencio ante el debate a tres, sobre terrorismo, en víspera de las elecciones generales. Tanto el PP como el PSOE escondieron la cabeza debajo del ala, cual avestruces derrotados y asustados. ¿Cobardía? ¿Mediocridad? ¿Sobrevaloración? ¿Ignorancia? Posiblemente Alfredo Pérez Rubalcaba conozca la obra de Benjamín Disraeli y por eso sabe que “ser consciente de que se es ignorante, constituye un gran paso hacia el poder”. Dudo que esto mismo lo supiera el portavoz de educación en el Senado, que era la otra parte a quien se invitó al debate.
Es curioso que ETA piense que el presidente Rodríguez tenía como objetivo “desactivar la lucha contra el independentismo y llevar a ETA a un proceso de rendición, buscando una salida falsa que buscaría dejar el conflicto sin resolver”. Tal afirmación solo se puede entender desde la intención de apoyar a Rodríguez y al PSOE en su negociación con los nacionalistas vascos y catalanes. De la misma forma que en víspera de las elecciones apoyó al PSOE con el asesinato de Isaías.
Ese apoyo era su única contribución a las urnas y al resultado final. El Gobierno lo esperaba y hasta sospecho que los negociadores del PSOE sabían más del atentado que buena parte del entorno etarra. Soy libre de sospechar y creo que acierto en esta ocasión. Lo que siento es el trago que le hicieron pasar a la hija de Carrasco con las estudiadas declaraciones. Alguien debe explicarle a esta muchacha que su padre murió por ser español, y no por ser socialista, además de porque su propio partido puso los medios durante años para que así fuera. Y los puso en las manos de los menos dignos.
